
La Iglesia católica argentina volvió a utilizar ayer la contundencia discursiva de un documento oficial para llamar la atención sobre una situación “dramática” de pobreza en el país y advertir que “la democracia no se fortalece en la conflictividad de calles y rutas”.

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“La situación de pobreza es dramática para muchos hermanos nuestros. Aunque ya se han definido algunos caminos de ayuda y asistencia para las necesidades más urgentes, se hace necesario alcanzar estructuras más justas que consoliden un orden social, político y económico, con equidad e inclusión”, señaló la Conferencia Episcopal Argentina.
El pronunciamiento está contenido en una declaración titulada “Somos Hermanos, queremos ser Nación”, que fue difundida al término de la 98º Asamblea Plenaria del Episcopado que se realiza en el distrito bonaerense de Pilar.
El centenar de obispos del país, encabezados por el cardenal Jorge Bergoglio, llamaron también a desactivar las ascendentes protestas callejeras por los reclamos sociales.
“Muchas veces no se encuentran fácilmente los medios para atender y canalizar las necesidades legítimas de los distintos sectores, pero siempre se debe tener en cuenta que la democracia no se fortalece en la conflictividad de las calles y rutas, sino en la vigencia de las Instituciones republicanas”, sostuvieron.
Los purpurados sostuvieron que “la vida en democracia requiere ser animada por valores permanentes, y fundamentarse” en “el respeto a la Constitución Nacional y las Leyes”; y a “la autonomía de los Poderes del Estado como principio fundamental de la República, y la vigencia de las Instituciones”.
Se trata de un nuevo pronunciamiento eclesiástico con contenido político que apunta a toda la sociedad, pero hace eje en los dirigentes y puntualmente en el Gobierno.
En ese marco, enfatizaron que perciben “un clima social” alejado de los reclamos de diálogo y consenso reclamados por la Iglesia en el anterior documento eclesiástico.
En ese marco, destacaron que “la violencia verbal y física en el trato político y entre los diversos actores sociales, la falta de respeto a las personas e instituciones, el crecimiento de la conflictividad social, la descalificación de quienes piensan distinto, limitando así la libertad de expresión, son actitudes que debilitan fuertemente la paz y el tejido social”.
También mostraron su preocupación por “la crueldad y el desprecio por la vida en la violencia delictiva, frecuentemente vinculada al consumo de drogas, que no sólo causan dolor y muerte en muchas familias sino también pone a los jóvenes en el riesgo de perder el sentido de la existencia”.
“Nuestra mirada sería incompleta si no señaláramos como raíz del problema la crisis cultural, moral y religiosa en que estamos inmersos”, subrayaron en otro tramo del documento.
# Puntos salientes del documento
Los siguientes son los puntos principales del documento completo de la Iglesia titulado “Somos hermanos, queremos ser Nación”.
* “La violencia verbal y física en el trato político y entre los diversos actores sociales, la falta de respeto a las personas e instituciones, el crecimiento de la conflictividad social, la descalificación de quienes piensan distinto, limitando así la libertad de expresión, son actitudes que debilitan fuertemente la paz y el tejido social”.
* “También nos preocupa la crueldad y el desprecio por la vida en la violencia delictiva, frecuentemente vinculada al consumo de drogas, que no sólo causan dolor y muerte en muchas familias sino también pone a los jóvenes en el riesgo de perder el sentido de la existencia”.
* “La situación de pobreza es dramática para muchos hermanos nuestros. Aunque ya se han definido algunos caminos de ayuda y asistencia para las necesidades más urgentes, se hace necesario alcanzar estructuras más justas que consoliden un orden social, político y económico, con equidad e inclusión”.
* “Muchas veces no se encuentran fácilmente los medios para atender y canalizar las necesidades legítimas de los distintos sectores, pero siempre se debe tener en cuenta que la democracia no se fortalece en la conflictividad de las calles y rutas, sino en la vigencia de las Instituciones republicanas”.
* “Nuestra mirada sería incompleta si no señaláramos como raíz del problema la crisis cultural, moral y religiosa en que estamos inmersos”.
* “La cultura relativista imperante, al tiempo que corroe el sentido de la verdad, acentúa también el individualismo que lleva al encierro y la indolencia frente al sufrimiento del hermano y a un progresivo acostumbramiento y resignación ante la pobreza y exclusión de muchos”.
* “Es una crisis moral porque se han debilitado valores fundamentales de la convivencia familiar y social. La deuda social no es solamente un problema económico o estadístico. Es, primariamente, un problema moral que nos afecta en nuestra dignidad más esencial”.
Fuente: NA
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