
Información de 50 mil efectivos fue hackeada y ofrecida en la web ilegal. El ataque expone falencias en la ciberseguridad estatal en pleno despliegue militar en la frontera norte.

Redacción EL ARGENTINO
Grave filtración de datos compromete al Ejército Argentino. Una intrusión en los sistemas informáticos del Ejército Argentino expuso datos sensibles de 50 mil efectivos y reavivó la preocupación por la debilidad del sistema de ciberseguridad estatal. La periodista Luciana Bertoia reveló en el programa “Desde el canil”, por Bravo TV, que la información robada está siendo ofrecida en foros ilegales por un actor malicioso. La filtración incluye números de DNI, fechas de nacimiento, domicilios, estudios, historial de viajes y fojas de servicio.
La organización Birmingham Cyber Arms, especializada en inteligencia de amenazas, confirmó la intrusión, ocurrida hace unas tres semanas. El 8 de mayo, el Ministerio de Defensa presentó una denuncia ante la Policía Federal. Sin embargo, según Bertoia, el Gobierno intentó minimizar el hecho al calificar la información comprometida como “administrativa” y “sin impacto en las capacidades operativas”.
El incidente coincide con el inicio de las controvertidas tareas de seguridad interior en la frontera norte, impulsadas por el ministro Luis Petri. El despliegue militar tiene como objetivo combatir el narcotráfico y ya despertó críticas por su legalidad y eficacia. La posibilidad de que los datos de los agentes estén al alcance del crimen organizado agrava la situación y pone en riesgo la integridad del personal afectado.
Desde 2020, el Estado ha sido blanco de repetidos hackeos: Migraciones, el Senado, el PAMI y el RENAPER fueron víctimas de ataques similares. En 2023, el Gobierno creó la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC) para prevenir este tipo de hechos, con un presupuesto millonario que incluye gastos reservados. “Se llenó de plata a la AFC para prevenir esto. ¿Dónde fue ese dinero?”, se preguntaron los periodistas del ciclo televisivo.
La investigación no descarta ninguna hipótesis: el atacante podría ser un agente externo o un infiltrado dentro de las propias filas. Mientras tanto, el Ejército guarda silencio, y el daño ya está hecho: decenas de miles de militares quedaron expuestos en uno de los momentos más delicados para las Fuerzas Armadas argentinas desde el retorno de la democracia.
El caso revela no solo una falla técnica, sino una vulnerabilidad estratégica. La exposición de datos tan sensibles, justo cuando los militares vuelven a ocupar un rol activo en el territorio nacional, despierta alarmas no solo en el ámbito castrense sino también en el político y judicial. La fragilidad del escudo digital del Estado argentino quedó, otra vez, dolorosamente al desnudo.
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