El ex senador Edgardo Kueider, representante de Entre Ríos, cumple un mes detenido en Asunción, Paraguay, tras haber sido interceptado en el Puente de la Amistad cuando intentaba ingresar desde Brasil con más de 200.000 dólares no declarados. Este hecho no solo significó un escándalo internacional, sino también el inicio de su desvinculación de los ámbitos políticos que ocupaba en Argentina.
Redacción EL ARGENTINO
El episodio marcó un antes y un después en la carrera del dirigente peronista. Apenas se conoció su situación legal, el Senado de la Nación llevó adelante una sesión especial en diciembre de 2024 que terminó con su expulsión del cuerpo legislativo. Este paso fue seguido por una resolución del Consejo Provincial del Partido Justicialista (PJ) de Entre Ríos, que también decidió excluirlo de sus filas por unanimidad.
Actualmente, el Consejo Provincial del PJ se encuentra formalizando las adhesiones a esta decisión, con la intención de notificar oficialmente a Kueider su expulsión definitiva. Sin embargo, dentro del partido todavía hay diferencias sobre los pasos a seguir. Mientras un sector considera que la expulsión debe ser refrendada en una sesión del Congreso partidario, otro grupo sostiene que esta medida ya es válida, dado que el Congreso provincial facultó al Consejo para tomar sanciones.
En paralelo, Kueider presentó un recurso en la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal para revertir su expulsión del Senado, argumentando que su destitución "priva a una parte de la población de su derecho constitucional a la representación política". También denunció irregularidades en el procedimiento, señalando la ausencia de pruebas formales y la falta de posibilidad de defensa durante la sesión que definió su futuro legislativo.
El tribunal rechazó su pedido, considerando que no existían fundamentos suficientes para habilitar la feria judicial y analizar el caso en un contexto extraordinario. Kueider había solicitado la nulidad de la sesión del Senado, advirtiendo que sentaba "un peligroso precedente" al expulsar a un legislador sin un proceso claro.
A medida que avanza este proceso judicial y político, la figura de Kueider enfrenta un deterioro irreversible en su trayectoria pública. Su detención en Paraguay y las acusaciones de contrabando de divisas han provocado una fractura en su relación con el peronismo entrerriano y una caída en su credibilidad como representante político.
El futuro de Kueider es incierto. Mientras permanece detenido en Asunción y alejado de los espacios de poder que ocupó hasta hace poco, el PJ y el Senado parecen avanzar en cerrar definitivamente las puertas a su regreso. Este caso, que combina denuncias judiciales, decisiones legislativas y tensiones partidarias, ha generado un amplio debate sobre la ética política y las consecuencias de los actos individuales en los ámbitos de representación democrática.