
La Ciudad de Buenos Aires finalmente podrá contar nuevamente con un circuito callejero, luego de que la legislatura porteña dispuso la derogación de una ordenanza vigente desde la década del '60.
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La Legislatura de la ciudad derogó una ordenanza que había sido sancionada en 1961 por el ex Concejo Deliberante y que prohibía esa modalidad deportiva.
La nueva norma fue propuesta por el diputado Fernando de Andreis, del partido del jefe de gobierno, Mauricio Macri, quien así propicia incluso que la Formula 1 vuelva a Buenos Aires.
La época de oro de los circuitos callejeros en la Ciudad se terminó en la década del 50, cuando se construyó el Autódromo Municipal, durante la presidencia de Juan Domingo Perón.
Pero había sido el mismo Perón el gran impulsor de las carreras en circuitos callejeros sobre la Costanera, que tenían como una de sus finalidades ayudar al desarrollo de Juan Manuel Fangio, para que pudiera competir con rivales europeos.
Las carreras callejeras también están asociadas a los grandes premios del Turismo Carretera, que tenían su punto de partida frente a la sede del Automóvil Club Argentino, en Libertador y Tagle.
Actualmente, en algunas ciudades del interior, como Santa Fe, se arman circuitos callejeros para el TC 2000, pero lo más conocido es lo que ocurre en los rallys.
Los denominados super-prime son tramos cortos de demostración en zonas urbanas, por ejemplo por las grandes avenidas de Buenos Aires, como sucede con el rally Dakar.
Ya en los 90, durante el gobierno de Carlos Menem, se hablaba de la chance de armar un circuito callejero en la zona del Hipódromo de Palermo, con el objetivo de recuperar para Buenos Aires la F1.
La idea, sin embargo, no prosperó ya que generó grandes resistencias en los frentistas de la Avenida del Libertador, a causa de los ruidos que eso produciría, que incluso podía llegar a destruir los cristales.
Ahora, el legislador De Andreis sostuvo en los fundamentos de su iniciativa, que una eventual carrera de Fórmula 1 en las calles de Buenos Aires favorecería la participación masiva de la gente.
Según el proyecto, durante los tres días que duraría el evento (contando las pruebas de clasificación) podrían participar 180 mil personas. Existen por el momento al menos tres iniciativas para repatriar a “la máxima” categoría del automovilismo deportivo.
Desde el gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, el dirigente peronista Adolfo Rodríguez Saá y jefe del gobierno porteño Mauricio Macri han declarado su interés por organizar una competencia de la F1 aunque cada uno propone distintos escenarios.
El mandatario bonaerense le seduce la idea de disputar una eventual competencia en la ciudad de Mar del Plata, Rodríguez Saá impulsa una idea similar pero en la provincia de San Luis, y Macri quiere que la competencia se desarrolle por las calles de Buenos Aires.
De todos modos, la posibilidad por ahora parece lejana, pero ya quedó superado el obstáculo normativo que la impedía. Hace dos años, una demostración del piloto David Coulthard convocó a multitudes a la avenida Nueve de Julio y los memoriosos recordaron cuando Fangio corrió en los Bosques de Palermo, allá por 1949.
El más célebre circuito callejero de Fórmula 1 es Mónaco y otro que se utiliza en Europa es el de Montjuic, en Barcelona.
Mientras tanto, en los Estados Unidos también se corrió en Las Vegas, Long Beach y Phoenix; Australia tiene dos circuitos, en Adelaida y Melbourne, e inlcuso hay uno en Singapur, que también fue escala de la F1.
Potrero de los Funes en San Luis, Santa Fe, Montevideo o Punta del Este han sido escenario de otros circuitos, en los que han recalado las categorías TC 2000 o Top Race; en San Pablo, Brasil, mientras tanto, hubo un trazado de las mismas características para el Indy Car.
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