

Redacción EL ARGENTINO
Cada vez las redes sociales forman más parte de la vida cotidiana de adultos y jóvenes. Sin embargo, son los adolescentes quienes pasan más tiempo delante de las pantallas, Soledad Terradas, psicóloga gualeguaychuense analizó qué ventajas tiene la ciudad en relación a este problema.
Ver a los “gurises” andando en bicicleta por el parque, o tomando mates en costanera con sus amigos, suelen ser postales habituales para quienes recorren las calles de Gualeguaychú. La disponibilidad de espacios verdes, la seguridad que todavía se conserva y la cantidad de clubes barriales permiten que los adolescentes tengan mayor cantidad de instancias de socialización.
Esto es lo que destaca la psicóloga Soledad Terradas, quien analiza el impacto que el uso de las redes sociales ha tenido en la juventud. Al respecto, manifiesta que si bien seguramente se están generando cuestiones positivas en torno a la tecnología, también se ven consecuencias negativas que se traducen en la diferencia de socializar a través desde una pantalla y el hacerlo cara a cara.
La profesional señala que a esto se le suma la época vacacional, donde los chicos pierden los horarios y dejan de ver a sus compañeros, cuestión que les habilita la escuela. Sin embargo, Terradas expresa que los padres deben estar atentos a lo que consumen en redes sociales sus hijos pero sin invadirlos.
Incluso señala que no es lo mismo que un adolescente se duerma a las cinco de la mañana porque viene de estar todo el día en reunión con sus pares y haciendo actividades al aire libre, que si se acuesta a esa hora por haber estado jugando a los videojuegos toda la madrugada.
Además señala que no hay una receta mágica sobre cómo los padres deben gestionar el uso de la tecnología para sus hijos, pero que sí es importante que estén atentos a que los jóvenes no pierdan la instancia de interacción cara cara.
En este sentido, también advierte sobre cuál es el comportamiento que tienen los adultos con la tecnología ya que muchas veces los más chicos copian lo que ven de sus padres. Es decir, que aquellos adultos que usan el celular en la mesa, y están todo el tiempo esclavizados por la tecnología no brindan un buen ejemplo a los menores en lo que al uso correcto de los aparatos electrónicos refiere.
En este punto, la profesional destaca los privilegios que supone vivir en Gualeguaychú al resaltar la existencia del río, el parque y los múltiples clubes que hay en la ciudad, donde los chicos dejan de lado el celular.
Al respecto cuenta: “Tengo colegas en otras ciudades grandes y los chicos viven de otra manera, mucho más pegados a sus celulares, y acá en Gualeguaychú tenemos otra realidad”.
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