
No es un recorrido más de un edificio histórico, más bien la Unidad Penal Nº 2 es también un reflejo testimonial de lo que aconteció allí durante los años previos al golpe Militar, y lo que fue después la Dictadura Militar de 1976.

Por Lautaro Silvera
Desde octubre de 1974 y diciembre de 1976, allí fueron detenidos unos 206 presos políticos de distintas partes de Entre Ríos, y fue el lugar de detención de muchos desaparecidos durante el último golpe militar. Los pasillos atraen no solo por el tamaño de su infraestructura, sino también por ser uno de los refugios más longevos del país, que hasta el 2022 seguía en funcionamiento como tantos penales más del país.
En el marco de las actividades que están programadas por el Día de la Memoria, Verdad y Justicia, las Madres de Plaza de Mayo de Gualeguaychú realizaron un recorrido guiado por el edificio del ex penal, UP2, donde el viejo edificio es ahora un patrimonio histórico y un Espacio de Memoria de la ciudad.
EL ARGENTINO estuvo presente en la visita organizada por Madres de Plaza de Mayo, la que contó con el acompañamiento de alumnos, docentes y vecinos que asistieron al recorrido del edificio de la ex UP2, lugar que hasta hace un año seguía en actividad, y que se convirtió en un edificio histórico gigante.
Con más de cien años de historia, siendo el segundo Penal más antiguo del país, esta cárcel vio transitar miles de personas. Dentro del contexto de la última dictadura militar (1976-1983), la UP2 fue el lugar de detención de lo que se conoció en ese momento como presos políticos.

“Desde 1976 en adelante, se calcula que por este espacio hubo más de 100 detenidos por la dictadura militar, pero el total de presos políticos fueron 206. Aquí pasaron personas detenidas que luego fueron trasladados a otros puntos de la región, luego no se supo más de ellos y hoy son desaparecidos”, explicó Ignacio Journé, uno de los guías del recorrido.
Parir en cautiverio
Una de las historias más impactantes del recorrido es la celda donde estuvieron detenidas unas cuatro presas políticas, la mayoría de ellas junto a sus hijos. “Tres de estas mujeres fueron mamá en ese lugar. En el momento del parto, una de ellas es trasladada al hospital Centenario, asistida por personal médico, pero vigilada por agentes de la fuerza. En el momento del parto estuvo esposada a la camilla durante todo el proceso”, relató el guía.
Siguiendo con el recorrido, luego de otro pasillo, se llega hacia lo que es uno de los patios internos; lugar emblema del penal, ya que desde allí se ve la celda Nº 5, donde estuvieron presos Enrique Guastavino y el ex intendente Daniel Irigoyen.

Ante el contexto histórico, la ley nacional Nº 20840 denominada “Penalidades para las Actividades Subversivas en todas sus Manifestaciones”, sancionada en 1974, dio luz verde a las penas de prisión a militantes políticos. Unas 17 personas de distintas partes de la Provincia fueron detenidas en la UP2. En ese contexto fue detenido Enrique Guastavino, quien compartió celda con Daniel Irigoyen desde el 19 de marzo de 1975.
“Lo que sabemos es que Enrique fue liberado en agosto de 1975, pero en febrero de 1976 fue secuestrado en Santa Fe y todavía hoy permanece desaparecido”, indicaron. Por su parte, Daniel Irigoyen estuvo preso en la UP2 hasta diciembre de 1976, luego pasó por varios penales más como en Paraná y Chaco, hasta ser liberado en 1978.
En ese mismo playón y patio donde se pueden ver todas las celdas, es donde convivieron todos los presos políticos, diferenciado ese sector de los demás detenidos. En la actualidad, las mismas celdas que rodean todo el playón se encuentran sin ninguna reja. “Cuando se mudó el penal de acá, se llevaron todo. Tanto las rejas de los pasillos, puertas e inodoros. La organización de Madres ha denunciado estos elementos faltantes, porque como esto es un patrimonio histórico, nada de eso debería haberse retirado, sino que tendría que estar aquí, conservado”, afirmaron desde la organización.
Si bien en la ex UP2 permanecieron más de doscientos presos políticos en la dictadura militar de 1976, no hubo ningún centro clandestino en la ciudad. “Este dato es importante destacarlo, ya que en otras ciudades de Entre Ríos, como en Paraná, sí hubo centros clandestinos donde hubo muchos detenidos y desaparecidos”, afirmaron los guías.

Otra las historias que se destacan dentro del recorrido guiado por profesores e historiadores, es el espacio donde el sacerdote Juan Fortunato atendía a presos políticos, y era una persona importante para ellos ya que era quien muchas veces ayudaba a ingresar cartas, comida o ropa a los detenidos.
Los desaparecidos de Gualeguaychú
Durante la última dictadura militar, 37 personas oriundas de Gualeguaychú fueron detenidas y desaparecidas. No todos fueron secuestrados en la ciudad, sino que la mayoría fue detenida en otras localidades o provincias como Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Santa Fe, entre otras.
Sólo dos personas fueron secuestradas y desaparecidas en Gualeguaychú: Norma “Noni” González y Oscar Dezorzi. El caso de Noni González ocurrió el 12 de agosto de 1976. Era militante de la Juventud Peronista; fue secuestrada en el supermercado Picaflor, de calle Urquiza y Rosario, mientras trabaja. Durante ese tiempo, Noni asistía con regularidad a muchos de los detenidos, y uno de ellos era Raúl Rodera, quien estaba detenido en la UP2. Ambos iban a casarse y exiliarse del país. Finalmente, se supo del secuestro y desaparición de Noni González en agosto de 1976. Desde entonces permanece desaparecida.

El Ruso Dezorzi fue levantado en la madrugada del martes 10 de agosto de 1976 en su casa de Mosto 305, casi La Rioja. En un informe del periodista Fabián Magnota, devela que ambos secuestros en Gualeguaychú fueron realizados en un lapso de 48 horas.
El edificio gigante de calle Goldaracena ahora permanece deshabitado como tal, ya que como penal dejó de funcionar en julio de 2024. Desde entonces, los internos fueron trasladados a la Unidad Penal 9 ‘El Potrero’.
Durante ese proceso, en junio de 2022, a través de la Ley Nacional n 26.692, se realizó el señalamiento de la unidad penal Nº2 como Sitio de Memoria.
Desde entonces este espacio seleccionado dentro del penal, tan importante para la comunidad, es trabajado por la Asociación de Madres de Plaza de mayo Gualeguaychú, quienes mantienen la llama del pedido de justicia por los secuestros y desapariciones durante la última dictadura militar.
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