

Redacción EL ARGENTINO
Por Camila Mateo
Un acto de la escuela, primos cantando temas de León Gieco después de comer y un cassete de divididos en el auto de su papá, son los primeros recuerdos que evoca la cantante en un diálogo por correspondencia digital que mantuvo con EL ARGENTINO.
La tecnología nos permite acortar distancias, o algunas veces alargarlas, depende como se use. En este caso, mantuve una conversación a través de Whatsapp con Noelia Recalde ¿Qué pensarían los antiguos, o no tan antiguos periodistas de mi moderna forma de consultar una fuente?
La cantante de peinados excéntricos cuenta que a los 9 años la música comenzó a tomar un protagonismo importante en su vida. “Empecé a relacionarme con la guitarra, ahí descubrí una puerta”.
Noelia no tuvo reparo en agarrar el picaporte de esa puerta y se adentró en los pasillos de su propia casa interna sin vacilar, a los 15 años comenzó a tocar en vivo, y lo que generaba la música en ella era un estado tan fuerte que le confirmó que ese sería el camino que quería tomar.
A pesar de no tener formación académica en música, la gualeguaychuense es una autodidacta nata. Cuenta que escuchaba a su hermano y amigos tocar la guitarra y luego, le dedicó mucho tiempo a escuchar y tratar de sacar los acordes de los discos de Charly García, Fito Páez, y de todo lo que tenía a su alcance en ese momento.
La cantante está agradecida de la decisión que tomó en su adolescencia y señala que la confirmación se hace presente cuando su familia va sus conciertos, cuando sus amigas se aprenden las letras de sus canciones y cuando ensaya, crea y comparte con sus colegas.
El álbum que la puso en la vidriera de los Premios Carlos Gardel es “Mi Propia Casa”, un disco creado en plena pandemia, donde tuvo que aprender a vivir entre esas cuatro paredes y donde se atrevió a adentrarse en sus emociones y lo que le pasaba en ese momento.
En su canción “Anhelo”, Noelia dice: “Tengo un anhelo, y es un anhelo bueno, yo sé. Mirar desde un velero”. Y en “Canto en Cuarentena” se lamenta por no poder ver el sol, y el amarrillo de la vereda “siento que es un desperdicio”, entona.
Mientras que en “Reparo”, la cantante se vuelve introspectiva y se vuelve sobre sí misma al expresar: “Si caigo otra vez al olvido, y si se abre el suelo en mi cicatriz. No tardaré en volver a mis caminos. No tardaré en volver a mí”. Debo confesar que es mi favorita.
En la canción que da nombre al álbum, Noelia sale “a caminar por cada callejón sin salida” de su propia casa, y con la luz recuerda buscar en “el sitio más profundo”.
La cuarentena le permitió a la artista reencontrarse virtualmente con su amigo Ariel Polenta, que también tenía ganas de divertirse creando.
“Así que empezamos a compartirnos música, yo le proponía un tema y el me devolvía sus aportes, fueron grandes satisfacciones. Recuerdo saltar de alegría en mi propia casa cada vez que escuchaba algo nuevo”.
“Nos mantuvo a los dos unidos, atentos a lo que estábamos haciendo. El disco se fue nutriendo del concepto, pero hasta que lo terminamos no sabíamos que el concepto era tan claro”.
Si bien, en una primera instancia, antes de quedar sola, compartió momentos de mucha inspiración con su amiga cantora Nadia Larcher durante la pandemia, Noelia no extraña para nada “la incertidumbre y el encierro, la no libertad, la manipulación y el miedo que circulaba en ese momento”.
Cuando recibió la nominación a los Premios Gardel como Mejor Artista sintió sorpresa, la misma que sintió cuando ganó la distinción.
“Siempre fui un poco sindicalista con el tema de los premios en la música y las jerarquías, todavía me siento medio anti todo, aunque entiendo que son las reglas del juego. En este momento, me parece precioso el reconocimiento, lo acepto, lo agradezco y tengo la firme certeza de compartirlo haciendo lo que hago siempre y más”.
A Noelia siempre le gustó “chapear” con su ciudad natal, decir que es de Gualeguaychú. Le encanta que su familia y sus amigas vivan acá, y además le gusta volver, porque siempre vuelve.
“Me hubiera gustado hacer muchas más cosas en Guale, intenté muchas veces, pero creo que siempre faltó apoyo cultural, hasta la última vez que fui se nos hizo complicado, el trabajo en la autogestión es muy dedicado, lleva tiempo. La fiesta la hacemos igual, contra viento y marea, pero anhelo más espacios, más gestión, más difusión y más acompañamiento cultural en nuestra ciudad. La cultura, todas las artes pueden cambiar vidas, trae unión, satisfacción y sanan”.
Al final de nuestra charla digital, Noelia manifiesta que quiere hacer todo lo posible para cantar con muchos artistas, no perder el foco y ofrecer su voz donde pueda generar algún aporte.
Y a aquellos cantantes que de a poco se están abriendo camino, les dice “que tengan paciencia, que confíen en sus ocurrencias, que nutran la oreja, que no se desanimen, que practiquen y sean generosos con sus compañeros”.
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