
Lesionar el concepto de la complementación en materia de capital social y alentar las superposiciones de esfuerzos es lo que está ocurriendo con el conflicto de intereses entre la Facultad de Bromatología de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y la Universidad privada de Concepción del Uruguay (UCU).
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El conflicto se suscitó a raíz de la decisión adoptada por la UCU de dictar en Concepción del Uruguay la carrera de Bromatología y de Nutrición, pese a que la Facultad de la UNER radicada en Gualeguaychú es pionera en la región en ambos campos académicos.
La confirmación del dictado de esa carrera la ofreció el rector de la UCU, Héctor Sauret, en la reunión que mantuvo el 9 de noviembre en la sede de la UNER, y de la que participaron también el rector Eduardo Asueta; Margarita Hraste (Secretaría Académica de la UNER), Jorge Pepe (decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNER), María Clara Melchiori (decana de la Facultad de Bromatología) y Víctor Badaracco (Facultad de Bromatología), según pudo recrear EL ARGENTINO en base a fuentes directas de esas casas de altos estudios.
Además, EL ARGENTINO accedió a la Resolución 256 de la UCU, fechada el 9 de diciembre en donde se ratifica que se dictarán las carreras de Bromatología y Nutrición que ya se dictan en Gualeguaychú, agravando la superposición de esfuerzos y lesionando la complementariedad que debe regir a las universidades.
La UCU basó su decisión en los artículos 29, 41 y 42 concordantes de la Ley N°
24.521; en la Resolución del Ministerio de Educación Nº 602/95; en el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 1047/99; y en la Constitución Nacional en su artículo 14 en cuanto consagra el principio de la libertad de enseñar y aprender, además del artículo 75 inc. 19 que establece la garantía de la autonomía universitaria.
“Las carreras de Técnico y Licenciado en Nutrición y Técnico Universitario en Bromatología y Producción Alimentaria y Licenciado en Bromatología, que se dictan desde el año 2003 en nuestro Centro Regional Rosario y en la Extensión Áulica Santa Fe desde el año 2004 (aprobadas por Resolución Ministerial Nº 482/03 y por la RM Nº 551/03 otorgando validez nacional a los Títulos), se desenvolverán en Concepción del Uruguay, sede central de la Universidad de Concepción del Uruguay”, sostuvo el rectorado de la UCU.
Desde la Facultad de Bromatología de la UNER se cuestionó con un amplio apoyo institucional esta superposición, y a la vez criticó que la duplicación e imitación de ofertas académicas impiden la complementariedad.
Por su parte, el Consejo Superior de la UNER también cuestionó la decisión de la UCU a través de la Resolución 276/09, comunicando la gravedad al Consejo Interuniversitario Nacional y al Consejo de Planificación Regional de la Educación Superior (CPRES).
A nivel local se pidió la intervención de la Corporación del Desarrollo (ambos centros académicos forman parte de la entidad de segundo grado) y en ese marco, el lunes se produjo un debate en el seno de la institución de calle España.
Como primera instancia, desde la Corporación se lamentó que no se aprovechara la perspectiva integradora para el desarrollo regional y varios de sus miembros pidieron a las autoridades de la UCU que revisen su posición.
Por su parte, el Honorable Concejo Deliberante de Gualeguaychú, se solidarizó con la Facultad de Bromatología. EL ARGENTINO accedió a la nota N° 220/09 con fecha del 14 de diciembre en la que expresan “el rechazo de este Cuerpo en relación a la creación de las carreras de licenciatura en Bromatología y Nutrición”, de acuerdo al Expediente N° 3.741/09.
“Más allá de los argumentos de las partes, está claro que la decisión de la UCU lesiona la concepción del modelo de desarrollo de la región y especialmente la de Gualeguaychú”, se sostuvo en la reunión que se realizó en la Corporación.
“La actitud de la UCU atenta contra un clima de confianza y el espacio de trabajo colaborativo. Para Bromatología “se percibe que las afectaciones por esta actitud serán tangibles, con la pérdida de matrícula, como intangibles, expresados en la erosión de la confianza y la consecuente degradación del capital social componente necesario para el desarrollo de cualquier sociedad”.
“Gualeguaychú es precisamente testigo de este proceso pues fueron las capacidades intangibles alineadas en pos del desarrollo de la comunidad que permitieron la creación de la Facultad de Bromatología, que tantos frutos ha brindado y continua haciéndolo en su permanente vocación de servicio para la educación pública, gratuita y laica”, se sostuvo.
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