
Incertidumbre. Bronca. Angustia. Desconfianza. Amargura. Decepción. Estos sentimientos embargan las almas de los empleados de la sucursal local de la firma Bonesi, tras conocerse que desde el viernes ha bajado sus persianas.

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No hay ventas al público, pero los empleados siguen concurriendo al local de la mítica 25 de Mayo, ya no para realizar una nueva jornada laboral sino para compartir la amarga sensación de haberse quedado sin trabajo. En todos los casos, sueldos que eran sostén de familia.
Quien concurre por la cuadra donde está ubicada Bonesi se sorprende frente a la postal: persianas bajas, pocas luces encendidas y los empleados reunidos en ronda explicando a los ocasionales clientes que “la casa está cerrada y no hay atención al público”. El desconcierto no es sólo de los trabajadores, sino también de los vecinos.
EL ARGENTINO dialogó con los cinco empleados de la firma en la ciudad. Carlos Andolfo, gerente con un año de antigüedad, manifestó su bronca porque todos fueron despedidos de una manera atípica, mediante un correo electrónico y sin previo aviso.
Los otros empleados, Fabiana Marchessini (siete años de antigüedad), Pablo Gaimberán (ocho años), Waldo Almirón (once años) y José Traba (seis años), coincidieron en la incertidumbre que están atravesando y en la gran preocupación familiar que les toca afrontar.
La empresa de venta de electrodomésticos Bonesi, cuyo lema era “Donde todo es posible”, ordenó a todas sus sucursales cerrar sus puertas y despedir a los empleados, hasta ahora de modo informal.
La noticia se conoció este fin de semana cuando en la sucursal de Gualeguaychú la situación de los cinco empleados de trascendió públicamente, dando cuenta de la recepción de un correo electrónico que daba aviso “que la empresa deja de trabajar a partir de este momento” y que fue enviado por Sergio Arena en nombre del Directorio Bonesi SA.
EL ARGENTINO accedió a dicha comunicación fechada el 1° de junio y dirigida al gerente a cargo de la sucursal y que dice textualmente: “Por la presente comunico a Ud. que la Empresa deja de trabajar a partir de este momento. En minutos nos comunicaremos con Ud. para ampliar instrucciones. Sabemos que es un momento duro y traumático pero debemos hacer lo que corresponde. Le ruego que comunique este hecho a todo el personal de la sucursal y proceda de la siguiente forma:
1) Que indique al personal se retire a su domicilio y que aguarde información e instrucciones que les vamos hacer llegar.
2) Realice actos tendientes a preservar los activos a su cargo.
3) Permanezca a la espera de nuestro llamado telefónico, que se realizará en breve.
5) No se retire hasta recibir el llamado telefónico”.
El correo electrónico finaliza diciendo “que somos conscientes del dolor que nos aflige, pero creemos firmemente que es la decisión correcta después de todo el camino andado”.
Andolfi expresó a EL ARGENTINO que cuando llamaron por teléfono de la firma, les indicaron a los empleados que esa conversación iba a ser grabada y la estaba escuchando un escribano público. “Como todo era irregular, nos negamos a tener esa clase de conversación y pedimos asesoramiento jurídico al Sindicato de Comercio”, indicó el gerente local de la firma. “Desde entonces no nos han comunicado nada de nada y no sabemos qué hacer”, sostuvo.
Waldo Almirón es el empleado más antiguo de la firma en la ciudad, con once años, expresó: “Desde hace un tiempo sabíamos que había problemas, pero nos decían que teníamos que ponerle el hombro a la firma. En 2009, todos se acordarán, teníamos un local muy grande en 25 de Mayo 985. Luego vino una convocatoria de acreedores y se logró remontar la situación. Más tarde nos mudamos a nuestro actual local, pero el año pasado también se vivieron momentos de angustias y nueva convocatoria. Este año volvimos a observar problemas, porque por ejemplo no nos reponían mercadería y hace dos meses se cortaron todos los créditos incluso con las tarjetas más líderes del mercado. Pero siempre nos decían que debíamos poner el hombro. Y creímos. Ahora estamos en la calle. Y en mi caso, como en el de los demás, nos deben un mes completo más las comisiones por ventas. Nos han defraudado”. Almirón se queda en silencio, con los ojos vidriosos de la angustia. Ese silencio es interrumpido por una mano que se apoya en su hombro de uno de sus compañeros, que en ese gesto toma fuerza y habla: “Mi caso es similar. Tengo dos hijos y en mi familia sentíamos orgullo por Bonesi y miren cómo nos paga” y abre la mano en señal de no tener nada de nada.
Por su parte, Pablo Gaimberán da otro aporte “a las señales de que todo estaba mal”, como él mismo lo reconoció. “Nos pedían como objetivo mensual una producción de ventas de 160 mil pesos, pero en todo el local sumando todos los electrodomésticos al precio al público no se llega ni a sesenta mil pesos”.
Otro compañero aporta el dato que Bonesi no había renovado la línea invierno de estufas, calefones y electrodomésticos propios de la estacionalidad. “Y eso que se avecina el aguinaldo y fechas clave como el Día del Padre”.
¿Cómo sigue?
Para el Sindicado de Empleados de Comercio, hay que esperar unos días “hasta que la firma se digne a cumplir con la ley y envíe los telegramas de despidos. Mientras tanto, nadie se da por despedido, pese a la realidad de los hechos”, sostuvo su secretario Gremial, Julio Giménez.
“El Sindicato los está acompañando y asesorando. Creemos que la Dirección Provincial de Trabajo debe actuar de oficio, sino en las próximas jornadas nos acercaremos a plantear el problema”, adelantó.
Giménez ratificó la información publicada el domingo por EL ARGENTINO y dijo que “todas las sucursales de la provincia están cerradas”.
EL ARGENTINO intentó comunicarse telefónicamente con algún responsable de la firma en Campana, pero nadie quiso hacer declaraciones a la prensa. Incluso se indicó que el Gerente de Recursos Humanos también habría renunciado.
Es preciso señalar que la empresa está en convocatoria de acreedores desde hace dos años y en ese lapso fue cerrando algunas sucursales en provincias como Corrientes… ahora llegó a Entre Ríos, donde los últimos locales también apagaron la luz.
Origen
La firma Bonesi nació en Campana, a 76 kilómetros de la Capital Federal, en 1959. Primero surgió como una pequeña empresa familiar dedicada a la venta de discos de pastas, a la que luego se le anexaron otros rubros y los novedosos electrodomésticos. Posee sucursales en Buenos Aires, Corrientes (ahora una sola y que ya cerró) y Entre Ríos con trece sucursales que también bajaron sus persianas.
La situación por el momento es particular de Bonesi. “El comercio anda bien. En los últimos cuatro meses abrieron sus puertas cuatro grandes locales de diferentes rubros y sabemos que las casas de electrodomésticos en la ciudad tienen buenas ventas y mejores cobranzas”, se sostuvo desde el Sindicato para dar cuenta de una radiografía que no debe generalizarse.
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