
Al poco tiempo de haber sido electo Papa de la iglesia católica, Francisco llamó por teléfono a una mujer que le había enviado una carta contándole un problema de salud.

Redacción EL ARGENTINO
“Seguirá estando en mis oraciones y puede contar conmigo para lo que necesite”, le dijo Francisco a Josefina, una vecina de Gualeguaychú que le había escrito una carta para contarle sobre un complicado problema de salud. Grata fue su sorpresa cuando el sumo pontífice la llamó a su celular para interiorizarse sobre su enfermedad y darle aliento.
Josefina tenía 34 años en aquel momento y es madre de tres hijos. En agosto de 2013 contó en radio Máxima cómo fue que tomó contacto con Bergoglio y lo que dialogó con él.
“El 21 de julio (2013) le escribí una carta al Papa, de demostración de cariño, contándole de mi problema de salud y también que a partir de su nombramiento yo me había acercado más a la Iglesia. Cuando me diagnosticaron mi problema de salud, a raíz del acercamiento con la Iglesia me fue más fácil de llevar, por el tema de la fe. Eso le contaba al Papa en la carta”, contó.
“Cuando los días comenzaron a transcurrir y miraba al Papa en Río de Janeiro, pensé que me llamaría. Estaba convencida, le decía a mi marido: el Papa me va a llamar”.
“A raíz de mi problema, se comenzó a hacer una cadena de oraciones y una señora de Buenos Aires que yo no conozco, me pidió que le mandara una carta a su correo electrónico, que ella se le iba a hacer llegar al Papa. Después la mujer me dijo que la carta estaba en el Vaticano y que habían dejado una copia escaneada en la tumba del Beato Juan Pablo II, que es una moda que se instaló para gente con problemas de salud. Y me dijeron que al regreso del Papa de Río de Janeiro se la iban a entregar”, continuó la mujer con su relato.
“Y el jueves 8 de agosto a la una de la tarde sonó el celular, era número desconocido. Yo dije: este es el Papa. Lo atendí y me dice: ¿Hablo con Josefina? Yo había visto mucho Río de Janeiro y tenía la voz en mi cabeza. Me emocioné, fue algo inexplicable. Y pude hablar muy tranquila, me preguntó por la fecha de la carta, me dijo que tenía muchísimas cartas, me preguntó por temas específicos de mi salud… Fue algo muy próximo, con una humildad y una cercanía grandiosas…Cuando nos despedimos, me dijo: ‘Josefina, seguirá estando en mis oraciones, y puede contar conmigo para lo que necesite’”.
Sobre el diálogo, manifestó: “Yo estaba muy tranquila, no lloraba, le expliqué todo. Y él es una persona que escucha, es muy silencioso. Le relaté mi problema y cuando terminaba de hablar, él me contestaba. Es muy calmo. No puedo creer que el Papa esté rezando por mí, yo no puedo ni dimensionar que en un momento difícil para mí me pase esto”, agregó.
“Yo estaba con mis hijas y con mi marido, pero como no tengo señal dentro de mi casa, salí para poder hablar. Cuando volví, entré como una loca y decía: me llamó el Papa Francisco!…”, dijo al recordar el momento.
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