

Redacción EL ARGENTINO
En la fresca noche del jueves ante una cantidad de espectadores que no fue la esperada por la dirigencia del club, Juventud superó a Huracán de Villaguay 64 -56, en el “Martínez Garbino”, y espera por Peñarol de Rosario del Tala. Juventud barrió la serie 2-0 imponiéndose de principio a fin.
Con el arbitraje de Delsart, Moreno y Sartori, luego de un arranque que lo tuvo abajo en los primeros minutos, Juventud con la conducción de Laureano Legaria impuso condiciones en el juego que le terminó siendo favorable. El mencionado Legaria fue el jugador pensante y también revulsivo a la hora de romper una defensa visitante que cometió muchos errores. El “Globo” se mantuvo en partido por Bautista Carulla y por un explosivo Diego Alarcón. Es difícil jugar sin internos y la visita solo tuvo a Juan Gómez, que salvo pasajes no incidió en la pintura, menos que menos con lanzamientos externos. Lento fue bien marcado y neutralizado por Bianchi y Gentile.
La diferencia llegó a ser de 15 puntos en determinado momento del partido que tuvo un bache espantoso en el tercer chico con un goleo bajísimo, parecía un partido de la década del 40; mientras que en el último cuarto, Huracán jugó las cartas que le quedaban e intentó achicar con lanzamientos de tres. Fue 64 a 56 en un partido que tendría que haber terminado con una diferencia más amplia.
Párrafo aparte para Laureano Legaria que jugó los 40´ del partido, subiendo la bola con criterio y armando las ofensivas de su equipo. Dejó en su planilla 15 puntos; mientras que Fabricio Gentile (21 años) aportó 19 puntos, fue el máximo artillero, con 8 dobles y 3/9 en lanzamientos desde la línea. Un jugador más que interesante al que hay que trabajarlo y pulirlo. En los dos juegos, máxime en Villaguay, fue una pesadilla para Huracán. Mateo Leissa Picart aportó lo suyo. Rompió la defensa rival y dejó el alma en defensa. Un “Todoterreno” que cumplió a la perfección su labor.
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