Redacción EL ARGENTINO
La interna libertaria sumó un nuevo capítulo con la decisión de Lorena Villaverde, senadora electa por Río Negro, de no asumir el 10 de diciembre y permanecer en la Cámara de Diputados, donde tiene mandato hasta 2027. Aunque estaba previsto que este miércoles presentara su renuncia en Diputados, fuentes del oficialismo confirmaron que la conducción nacional pidió que continúe en la Cámara Baja. La orden provino de Karina Milei, que en los últimos días tomó un rol determinante para evitar un movimiento que, según evaluó la Rosada, podría profundizar conflictos internos y tensiones políticas en el Congreso.
El cambio de planes constituye un giro drástico respecto de la estrategia que el propio presidente Javier Milei había impulsado meses atrás, cuando promovió el salto de Villaverde al Senado para fortalecer la representación oficialista. Sin embargo, la creciente exposición mediática de la rionegrina, sumada a denuncias por estafas y precarización laboral, así como sus presuntos vínculos con el narcotraficante Fred Machado, comenzaron a generar inquietud en el Gobierno y encendieron alarmas sobre el impacto negativo de su llegada a una Cámara más expuesta y políticamente sensible.
En el oficialismo admiten que su presencia en el Senado podría transformarse en un foco de desgaste para la administración nacional y para Victoria Villarruel, que preside ese cuerpo. En cambio, mantenerla en Diputados se considera una vía más controlada para administrar tensiones, preservar los equilibrios internos y asegurar un voto confiable en un escenario legislativo ajustado.
La secretaria general de la Presidencia insistió en sostenerla en la Cámara Baja como parte de un “plan B” que permita evitar un vacío dentro del bloque libertario en Diputados. Karina Milei argumentó que la diputada garantiza un apoyo firme en votaciones clave y mantiene fuerte influencia en sectores evangélicos de Río Negro, respaldo que el oficialismo valora en un contexto político fluctuante.
Con la decisión prácticamente cerrada, el reemplazo de Villaverde en el Senado quedaría en manos de Enzo Fullone, dirigente de perfil más bajo y cercano a Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem. Su arribo busca recomponer la representación libertaria con una figura menos conflictiva, alineada a la estrategia nacional y sin las cargas mediáticas que arrastra Villaverde.
Otro factor que influyó es la cuestión de los fueros. Villaverde, atravesada por disputas públicas y cuestionamientos judiciales, conservaría su protección parlamentaria si permanece en Diputados. Forzar su desembarco en el Senado, advierten en el Gobierno, podría derivar en impugnaciones opositoras y en una visibilidad mayor que complicaría aún más el clima interno.
El oficialismo confía en que este reacomodamiento cierre un frente de conflicto que se intensificó en las últimas semanas, especialmente después de que el viernes 28 de noviembre Villaverde no jurara junto a los otros 23 senadores electos y su pliego retornara a la Comisión de Asuntos Constitucionales. La decisión, aunque todavía no fue comunicada oficialmente, ya se da por hecha en el Congreso.