Redacción EL ARGENTINO
Las ventas minoristas Pyme volvieron a caer en septiembre y profundizaron la tendencia negativa del consumo. Según el último relevamiento, las operaciones registraron una baja interanual del 4,2% a precios constantes y un descenso del 2% respecto de agosto, ya descontados los efectos estacionales. Aun así, el acumulado del año mantiene un leve incremento del 5% frente al mismo período de 2024.
El informe detalla que el 55% de los comercios consultados consideró que su situación económica se mantiene igual que el año pasado, mientras que el 38% advirtió un deterioro de sus ventas, tres puntos porcentuales más que en agosto. Apenas el 7,2% percibió una mejora, confirmando la contracción del consumo y la prudencia de los compradores.
En cuanto a las expectativas, el 47,6% de los empresarios Pyme prevé una mejora para 2026, el 41,5% espera que la situación no varíe y el 10,8% anticipa un panorama peor. Respecto de la posibilidad de invertir, el 60,1% considera que no es un buen momento, el 12% sí lo ve favorable y el 27,8% no tiene una opinión definida.
El análisis por rubros muestra un panorama homogéneo de caídas en casi todos los sectores. Los más golpeados fueron Textil e indumentaria, con una baja interanual del 10,9%, y Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles, que retrocedió 6,2%. En contraste, Perfumería logró un leve crecimiento mensual del 1,4%, y Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción mantuvo sus niveles de venta.
La tendencia a la baja refleja la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, el aumento del endeudamiento y la ausencia de incentivos de consumo. La incertidumbre política y económica contribuyó a que septiembre cerrara con un retroceso generalizado, donde los comercios enfrentan menores márgenes de rentabilidad y dificultades para sostener el nivel de actividad.
El informe advierte, además, que las expectativas para el último trimestre del año se mantienen moderadas. Aunque algunos empresarios confían en un repunte asociado a las ventas de fin de año, la mayoría prevé un cierre de 2025 marcado por la cautela, la retracción del gasto y la necesidad de sostener promociones y descuentos para atraer a un consumidor cada vez más selectivo.