El conflicto se desató luego de que los habitantes de la zona norte de la ciudad advirtieran que durante la tarde del martes una empresa contratista había iniciado excavaciones y montado una base de hierro en la plaza conocida como “Arocena”, espacio que incluye un gimnasio al aire libre usado diariamente por decenas de personas. Las tareas, según relataron, se realizaron sin comunicación previa a los vecinos, sin señalización adecuada y sin que la Comisión Vecinal o los residentes recibieran información oficial acerca del proyecto.

De acuerdo con testimonios de los vecinos a EL ARGENTINO, la maquinaria ingresó al predio al caer la tarde del martes y continuó con las intervenciones hasta la mañana siguiente. En pocas horas se perforó el suelo, se rompieron parte de las instalaciones del gimnasio y se levantó un armazón metálico que funcionaría como base de la antena. “Hasta ese momento nadie sabía qué iban a poner ni por qué habían elegido nuestro espacio verde. Nos enteramos por los movimientos de la obra”, relató una vecina presente en la asamblea.

La empresa que ejecutaba la intervención, según indicaron, actuaba como firma tercerizada de Telecom y tenía a su cargo la preparación del terreno para una futura antena 5G. Sin embargo, ninguna autoridad municipal había informado al barrio sobre la obra, lo que derivó en un profundo malestar.

“Ni la Comisión Vecinal ni un solo habitante recibió un aviso. Tampoco se acercó un funcionario para explicar qué estaban haciendo. La sorpresa fue total”, expresaron este miércoles, destacando que el hecho generó un fuerte sentimiento de “avasallamiento” sobre un espacio impulsado y cuidado históricamente por los propios vecinos.

Convocatoria urgente y asamblea

Frente a la continuidad de la obra, los residentes organizaron rápidamente una reunión abierta para la noche del miércoles. Cerca de un centenar de personas se congregaron en el gimnasio al aire libre para debatir qué acciones tomar y para exigir respuestas. Durante casi una hora los participantes expresaron de manera unánime su rechazo a la instalación de la antena dentro del barrio y remarcaron que no aceptarían que se altere un espacio comunitario sin consulta previa.

El encuentro tuvo un giro decisivo cuando arribaron el secretario de Gobierno, Manuel Olalde, y la subsecretaria de Ambiente, Ivana Zecca. Ambos funcionarios escucharon los reclamos y tomaron nota del rechazo generalizado. Representantes vecinales señalaron que no existían “inquietudes para aclarar” porque la posición del barrio era clara: la antena no iba a ser aceptada en ninguna parte de Villa Malvina. Los funcionarios se retiraron del lugar para evaluar la situación y regresaron cerca de una hora después con una resolución oficial.

Decisión municipal: retiro total de la antena

Según informaron los propios vecinos tras la reunión, el Municipio resolvió suspender la obra y ordenar inmediatamente el desmontaje de la estructura. Además, se dispuso tapar el pozo de grandes dimensiones que había sido excavado entre la noche del martes y el día miércoles.

A primera hora de la mañana de este jueves, personal de la empresa contratista volvió al lugar para desarmar por completo el armazón de hierro y cargar los materiales en una camioneta tipo trafic. Los operarios explicaron que todo sería trasladado nuevamente a Buenos Aires, donde permanece la sede principal de la firma.

Desde el Municipio también se comprometieron a reparar el alumbrado público, que había quedado fuera de funcionamiento debido a que se cortó la energía para realizar las tareas de perforación. Otra de las medidas asumidas es la restauración del parquizado y la recuperación del sector del gimnasio, que quedó perjudicado por el movimiento de suelo y el tránsito de la maquinaria pesada.

Marco normativo y un antecedente que vuelve al debate público

La situación reavivó una discusión que quedó latente desde los primeros meses de la gestión municipal actual. Al inicio del mandato del intendente Mauricio Davico, fue derogada una ordenanza que prohibía la instalación de antenas de telecomunicaciones dentro del ejido urbano. Ese cambio normativo ahora vuelve a colocarse en el centro de la escena, especialmente entre vecinos que advierten la necesidad de volver a revisar la regulación y exigir instancias previas de información pública antes de autorizar este tipo de proyectos.

El hecho también puso en alerta a otros sectores de la ciudad, ya que trascendió que hay planes para instalar otra estructura similar en la zona de la terminal de ómnibus, donde se registra una señal telefónica débil. Organizaciones barriales comenzaron a pedir que cualquier iniciativa vinculada a telecomunicaciones se discuta previamente con la comunidad y cuente con estudios ambientales y técnicos disponibles para consulta.

Mientras el personal técnico terminaba de tapar el pozo este jueves por la mañana, los vecinos celebraban lo ocurrido como un logro colectivo. “Fuimos escuchados y eso es importante. No es que había dudas: teníamos una postura firme y finalmente se respetó”, señalaron. Reconocieron la presencia de los funcionarios en la asamblea y valoraron que la intervención oficial haya llegado con una resolución concreta.