Redacción EL ARGENTINO
La Profesora Andrea Carles, Directora de la Escuela Fortunato Fiorini que por la tarde funciona como secundaria; mientras que por la mañana lo hace como Nivel Inicial y Primario dialogó con esta página en una visita que realizamos al establecimiento que se encuentra a unos 40 kilómetros de la ciudad.
El edificio se encuentra a la vera (KM 225) de la Ruta 14 en dirección a Buenos Aires y funciona en dos turnos. A la mañana, la 64 de nivel primario, Juan José Millán y a la tarde la 19 (Fortunato Fiorini) con chicos de nivel secundario con orientación en Biología.
Las aulas, dirección y otras dependencias tienen rejas y candados en sus puertas, pero esto no alcanzó para que gente sin escrúpulos ingresara a un lugar de fácil acceso y amparado en la noche cometiera una serie de hechos delictivos pateando y rompiendo puertas hasta que llegaron a un salón de usos múltiples de dónde sacaron sillas y otros elementos.
Andrea Carles, señaló que a la mañana “ cuando la escuela empieza a funcionar con los chicos de primaria, la directora (Vanessa Bossio) se encuentra con luces encendidas en aulas que suelen no estar prendidas. Fue algo que le llamó la atención. Ni hablar cuando vio que las puertas nuevas que habíamos cambiado con todo el esfuerzo de la comunidad estaban rotas. Ingresaron a las patadas por lo que se puede apreciar, forzando las puertas a una aula y esa aula a otros recintos, llevándose en su raíd delictivo pequeñas cosas que los chicos ocupan como dos pavas eléctricas, termos, cosas del kiosco, también las cortinas del aula. Lllegan- continúa- a un salón comunitario que compartimos con la capilla. Ahí se nota que estuvieron un buen tiempo porque había cosas revueltas, rejas que habrían intentado abrir y no lograron para luego darse a la fuga”. La docente comentó que “ la verdad, no sabemos cuál fue el objetivo de todo esto, porque estos sujetos pasaron por todas las puertas de la escuela, inclusive rompieron puertas de madera que dan a los baños de los establecimientos. También intentaron ingresar a la dirección, pero por suerte una de las rejas no se lo permitió”. Dijo que “dañar una escuela es algo impensado, pero para alguna gente es un lugar a atacar, un foco del delito”, acotó.
“Saben que hay horarios, fines de semana y de noche, que el lugar queda solo y lo que hicieron, más allá de lo robado que por poco que sea, fue vandalismo, romper, destrozar todo a su paso y ver que era lo que podían robar en escuelas rurales como estas que solventan, mantienen los padres de los chicos con mucho esfuerzo, además de las ganas y empuje que le pone el personal docente y de maestranza”.
Señaló que el “grado de impunidad, la tristeza que nos invadió fue muy grande, pero eso no nos desalentó. Todo lo contrario. Los padres, profesores, el personal de la escuela al otro día vino con herramientas para dejar en condiciones la escuela y que el funcionamiento sea el normal de todos los días. Eso sí, costó levantar un poco a los chicos. Sus rostros hablaban por sí solos. Su expresión era la de nos rompieron la escuela, nuestra segunda casa. Ellos tienen sus actividades, su huerta y este hecho delictivo los golpeó significativamente, porque participan en el mejoramiento de su escuela pintando las rejas, realizando, en definitiva, tareas varias”
Remarcó que “ las escuelas no se tocan, dado que es el lugar donde se educan nuestros niños, el lugar donde empieza su etapa de aprendizaje para tener un mundo mejor”.
Volviendo a las puertas “ entre dos y tres fueron rotas, mientras que las otras las lograron abrir, por lo que hubo que reponer cerraduras”.
Detalló que en el “turno mañana entre nivel inicial y primaria concurren 50 alumnos y 90 en el turno tarde que corresponde a chicos de nivel secundario.”
Cerró diciendo que “Dirección Departamental a Través de fondos dispuestos para arreglos nos va a ayudar con el tema de las rejas, puertas y cerraduras que tengamos que cambiar”.