Policiales

Una historia atravesada por violencia, homicidios y droga: intentó matar a su padrastro

Un joven de 18 años apuñaló a la pareja de su madre en una pelea en el barrio San Jorge de Paraná. Se dispuso que permanezca 60 días con arresto domiciliario. Uno de sus hermanos mató a 9 personas, y otro asesinó a otros dos. La “cascarilla” hace estragos en los barrios.

Viernes, 3 de Octubre de 2025, 11:46

Redacción EL ARGENTINO

Un joven de 18 años con severos problemas de adicciones por la “pipa” que viene afectando a miles en los barrios de la ciudad de Paraná, apuñaló a la pareja de su madre, en horas de la noche del lunes en el barrio San Jorge.

 

Según los elementos reunidos por Fiscalía en base a las actuaciones policiales, Jeremías Retamoso corrió a la pareja de su madre, Diego Armando Martínez, en inmediaciones de la plaza de Anacleto Medina con un arma blanca. Lo alcanzó en inmediaciones de calle Indios Beguaes, y le asestó al menos ocho puntazos. La víctima sufrió heridas en el tórax, en ambos brazos y ambas piernas.

 

Fuentes del barrio contaron que Jeremías es hermano de Kevin y Maximiliano Paniagua. Kevin se encuentra en la cárcel y no saldrá por mucho tiempo: siendo menor, asesinó a tres jóvenes y, mientras cumplía la condena por estos crímenes, mató a seis internos quemándolos vivos en la Unidad Penal de Victoria en 2017, cuando junto a dos cómplices encendió un colchón, lo arrojó dentro de una celda y trabó la puerta. Maxi cometió dos homicidios, uno cuando era menor y otro ya siendo mayor de edad. Estuvo preso y salió hace un tiempo, pero regresó a la cárcel hace aproximadamente un mes porque le pegó cinco balazos a un muchacho en la plaza del barrio San Jorge en plena tarde.

 

A su vez, Martínez es hermano de Raúl Alejandro Martínez, el hombre que fue asesinado en marzo del año pasado en el barrio El Trébol en un conflicto por narcomenudeo. A su vez, otro hermano suyo sería quien asesinó a un albañil en el barrio Belgrano y luego apareció sin vida en su celda de la cárcel de Paraná, en un caso que se terminó definiendo como suicidio, aunque en su entorno dudaban de ello.

 

En tanto, en la zona siguen alarmados por la cantidad de chicos y jóvenes “zombies” por el consumo de la resaca de la cocaína que mezclan con bicarbonato y agua, calientan y luego fuman la “cascarilla”. Labios y dedos quemados, la misma vestimenta durante semanas, búsqueda de lo que sea en contenedores de residuos. Análisis

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