Redacción EL ARGENTINO
Daniel Cepeda, presidente actual, y Julián Machicotte, revisor de cuentas, integran una Comisión Directiva que desde hace cuatro años organizan, gestionan y sueñan. En estos días preparan una asamblea con socios para renovar autoridades. “Todos trabajamos agrupados”, afirmó Julián a EL ARGENTINO, como síntesis de una lógica horizontal que prioriza el hacer.
El club cuenta con unos 80 socios activos, en su mayoría vecinos y padres de chicos que participan en las actividades. La cuota es baja y lo que se ofrece a cambio es contención y deporte. “Las disciplinas son diversas, hay fútbol en todas sus categorías, hay femenino y veteranos; vóley, bochas y futsal. El hockey, que funcionaba con apoyo municipal, está en pausa, pero hay ganas de activarlo”, mencionó Daniel.
La cancha, ubicada en Marcelo T. de Alvear y Pereda, junto a la iglesia Santa Rosa, es patrimonio del club. “No creo que encontremos una persona que haya jugado al fútbol en Gualeguaychú y no conozca nuestra cancha”, aseguró el presidente. Y afirmó: “Es muy importante que esto sea nuestro, del club. En estos años hemos hecho muchas mejoras: tejido, iluminación, nivelación y ahora se proyecta un vestuario visitante para cumplir con los requisitos de la liga”, aseguró.
La Comisión Directiva está formada por nueve personas, con roles definidos. A ellos se suman colaboradores que ayudan en cantinas, eventos y arreglos. Cada disciplina tiene sus propios referentes y el fútbol infantil se destaca por su organización y compromiso. “De lunes a viernes, se ofrece leche a los chicos que entrenan, acompañada por pan, galletitas o tortas fritas hechas por madres del barrio. La sumatoria semanal ronda los 150 gurises”, contó Julián.
El club no cuenta con sponsor fijo, pero recibe donaciones puntuales y algo de mercadería estatal. También gestionaron una tarjeta de desarrollo social para comprar insumos básicos. En la actualidad están buscando sumar apoyo: “Un granito de arena acá es un montón, porque hay mucho por hacer. Desde el vestuario o los tapiales que es obligatorio”, mencionó Rubén, vocal de la comisión, a EL ARGENTINO. En este sentido, ofrecen visibilidad a quienes colaboren, incluso en forma de propaganda en las paredes del club. “Se puede hacer canje, por ejemplo, propaganda a cambio de materiales”, agregó el colaborador.
Infraestructura y mejoras edilicias
Durante muchos años, el programa municipal Presupuesto Participativo (PP) ha sido motor para las obras del club: “Conseguimos el parapelota, unos pallets de ladrillo y algo del tejido que hace años estamos tratando de terminarlo”.
En relación a las obras en marcha, hay muchos desafíos: “Tenemos que reorganizar el espacio cerrado para incluir una cocina, un vestuario local, otros baños y divisiones exigidas por la liga municipal. Estas son condiciones para jugar de local”, contó Cepeda.
“Acá todo suma y aporta para poder autofinanciarnos. Por eso, estamos convocando a comercios y a todos lo que puedan dar una mano. Seguimos apostando al socio, a la cantina del Corso Barrial y la cantina del fútbol en la cancha, que ayuda mucho a la disciplina”, afirmó, por su parte, Rubén.
Sostener un club en Gualeguaychú implica mucho más que organizar partidos. Cada encuentro de primera división o Sub-21 demanda pagos fijos.
EL ARGENTINO, también conversó con Lorena, la tesorera de la institución. Es exigente, comprometida y forma parte de esta Comisión Directiva que decide de manera democrática. “Yo no digo que sí sola, mando al grupo de la comisión y decidimos entre todos”, explicó. Esa lógica horizontal es la que permite sostener el trabajo colectivo, aún en medio de tensiones y sobrecargas. “No todas las personas pueden hacer todo, pero nos vamos turnando”, dijo, sobre la organización de las cantinas, los eventos y la administración de los recursos.
“Cada participación que tenemos es alrededor de un millón de pesos. El alquiler de la cancha, la policía, árbitros, costos logísticos, la ambulancia, los seguros y las obras, son algunos de los desafíos que tenemos cada semana”, comentó Julián, al tiempo que remarcó el valor del trabajo voluntario en cada disciplina.
La gestión también implica lidiar con imprevistos que se van presentando. “En relación a la cancha, tenemos árboles muy viejos que ya hemos solicitado que vengan a cortarlos. Los días de tormenta los gajos caen y es un peligro”, advirtieron. Por eso, uno de los objetivos urgentes es reorganizar el espacio que tenemos al aire libre y evitar siniestros que puedan afectar a los chicos. “Queremos sacar, por lo menos, ese árbol que es tan viejo y tan grande”, señalaron, mientras recorrían la cancha.
“Por otro lado, ya no contamos con un evento fuerte que teníamos como fuente de ingresos que eran los bailes familiares. En la actualidad estamos afectados por restricciones municipales, ya que te cortan a las tres de la mañana, lo que limita mucho la rentabilidad”, expusieron los integrantes de la comisión. Y argumentaron: “un club no hace baile todos los sábados, no es un boliche bailable. La parte municipal tendría que ponerse un poquito en el lugar de los clubes de barrio para dar una excepción y permitirnos generar recursos a través de los bailes familiares. Esa medida hay que reverla”.
El desafío de cuidar lo que se construye
La cancha de Defensores del Sur no solo es escenario de partidos y entrenamientos, también es blanco de robos reiterados que afectan la infraestructura, la seguridad y el ánimo de quienes sostienen el espacio. “Nos robaron los cables como tres o cuatro veces”, contaron. “Incluso llegaron a forzar los baños para llevarse los inodoros. La cancha queda sola gran parte del tiempo, y aunque hicimos denuncias y pedidos formales —incluyendo una nota firmada por el club, la escuela y la iglesia para solicitar una garita de seguridad—, nunca tuvimos respuesta”, aseguraron los dirigentes a EL ARGENTINO.
El daño es constante y costoso. “El año pasado restaurar la iluminación nos costó mucho dinero”, explicaron. “A los reflectores grandes, que fueron adquiridos por gestiones con el anterior director de Deportes, Adrián Romani, los mismos chicos los rompen por vandalismo. Los cables subterráneos son robados apenas se instalan. Los pusimos el sábado, nos los robaron el sábado a la noche. Lo pusimos de nuevo el lunes y el lunes a la noche nos lo robaron otra vez”, relató con angustia Daniel Cepeda.
En la sede de Irazusta también sufrieron robos que dejan más que pérdidas materiales: “Se llevaron mercadería destinada a los chicos, electrodomésticos y utensilios. Para otros quizás no sea mucho, pero para nosotros sí, es un montón. Tener que comprar de nuevo dos garrafas, una pava eléctrica, una licuadora, nos cuesta un montón”.
A pesar de todo, el club no se detiene. El último domingo, después de la lluvia realizaron una jornada de limpieza, revoque y lanzaron esta campaña de búsqueda de sponsor. “Estamos reactivando la venta de publicidad en el predio y en el salón de calle Irazusta y Quinquela Martín como forma de generar ingresos y sumar sponsors que nos quieran acompañar. El club está en continuo crecimiento y es por esto que proponemos a la gente de Gualeguaychú que nos dé una mano”, concluyó Julián.
Contacto con Defensores del Sur: 3446 64-2725 (Marcos) / 3446 36-6081 (Julián).