Redacción EL ARGENTINO
La volatilidad del dólar y la intervención constante del Banco Central marcaron la pauta en los últimos días, generando inquietud en los mercados y el sector privado. La segunda jornada de fuerte tensión cambiaria elevó las dudas sobre la capacidad del programa económico actual y la eficacia del ministro de Economía, Luis Caputo, frente a los desafíos financieros que se avecinan. Analistas y empresarios coinciden en que el plan económico está agotado y esperan definiciones sobre el esquema cambiario y la eventual reorganización en el Palacio de Hacienda.
En este contexto, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, aparece como posible sucesor de Caputo. Según fuentes del sector privado, Quirno ha buscado mostrarse como garante de continuidad del programa económico, organizando encuentros nocturnos con empresarios junto al asesor del Ministerio, Martín Vauthier. Su perfil más de coordinador que de protagonista principal ha despertado especulaciones sobre un traspaso ordenado frente a la eventual salida de Caputo. La estrategia apuntaría a impedir que Federico Sturzenegger, ex titular del Banco Central, ocupe la cartera económica tras las elecciones.
Sturzenegger, con vínculos estrechos con el FMI y experiencia en política monetaria, es visto por el sector industrial y financiero como el candidato ideal para “liberar” el esquema cambiario, una perspectiva que entusiasma a quienes buscan un tipo de cambio más flexible. Su participación en eventos clave, como el Coloquio de IDEA y reuniones con el BID, refuerza la percepción de que ya ocupa un rol central incluso sin haber asumido formalmente el ministerio.
Mientras tanto, Caputo intenta contener los cuestionamientos. Durante un streaming televisivo, señaló que el Gobierno cuenta con margen suficiente para asegurar los pagos de bonos de enero, por USD 4.300 millones, aunque reconoció que la disponibilidad de dólares aún es limitada. La intervención del Central se intensificó, alcanzando ventas de USD 379 millones, un aumento notable frente a los USD 53 millones del día anterior, en un esfuerzo por mantener el dólar dentro de las bandas oficiales y evitar un mayor derrumbe de los bonos.
El Fondo Monetario Internacional autorizó al Gobierno a disponer de cerca de USD 2.000 millones para sostener la estabilidad cambiaria hasta las elecciones, un recurso que deberá calibrarse cuidadosamente. Los analistas destacan que la situación no solo refleja tensión financiera, sino también una crisis política latente, con movimientos estratégicos orientados a asegurar la continuidad del plan económico frente a la incertidumbre electoral.
La combinación de intervención monetaria, debates sobre sucesión en el Ministerio y presiones del FMI mantiene al sector privado y a los mercados en alerta máxima. La próxima jugada del Gobierno será decisiva para determinar la dirección económica del país en los meses que restan hasta las elecciones, con un dólar que sigue siendo el termómetro de la confianza y la estabilidad financiera.