Redacción EL ARGENTINO
La pelea entre Victoria Villarruel y Javier Milei sumó un nuevo capítulo. Esta vez, se trató de la sorda pulseada entre la vicepresidenta y Karina Milei por un palco en el recinto de la Cámara alta, duelo que se convirtió en la nota destacada tras bambalinas de la sesión preparatoria en la que juraron los nuevos senadores que asumirán sus bancas el próximo 10 de diciembre.
La puja había comenzado, en realidad, en la noche del jueves, cuando la secretaria general de la Presidencia y hermana del presidente apeló a la senadora electa Patricia Bullrich para que gestionara ante Villaruel la reserva del “palco de la Presidencia” de la Cámara alta para que la funcionaria pudiera seguir la sesión de este mediodía.
El pedido fue rechazado por la vicepresidenta, quien le dijo a Bullrich que esa no era la forma de hacerlo, que era una falta de respeto que la hermana presidencial la utilizara a ella como mediadora.
“Si quiere ocupar un palco que lo pida de manera formal, como corresponde”, fue, palabras más, palabras menos, el mensaje de Villarruel que la ministra de Seguridad traslado a la Casa Rosada.
Recién en la noche del jueves, poco después de las 21, el pedido formal llegó vía mail a la casilla de la Presidencia de la Cámara alta. A esa hora, el recinto ya estaba todo “loteado”, entre palcos asignados a gobernadores invitados, familiares de los senadores electos y la prensa acreditada.
Como se preveía, la tensión escaló cuando Karina Milei, llegó al Senado, secundada por el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y el ministro del Interior, Diego Santilli.
Es que cuando la comitiva de la Casa Rosada hizo su ingreso por la puerta de senadores que da a la calle Hipólito Yrigoyen, el mail, tardío, enviado por Presidencia de la Nación, seguían sin respuesta.
Esto provocó que los funcionarios debieran esperar hasta que les encontraran un lugar donde ubicarlos, una situación inesperada y pocas veces vista en este tipo de ceremonias en el parlamento.
La escena se viralizó rápido. Personal de Presidencia de la Nación tratando de conseguir a las apuradas un lugar mientras los tres funcionarios esperaban parados con la espalda contra la pared del hemiciclo y se convertían en blanco de todas las cámaras de fotógrafos profesionales y aficionados interesados en captar el singular momento.
Tras un breve período de incomodidad, Karina Milei, Santili y Adorni finalmente fueron ubicados en uno de los palcos del primer piso. Para eso, tuvieron que desplazar a la familia de Alejandro Fiztgerald, quien minutos después iba a jurar como nuevo secretario Administrativo de la Cámara alta. También se ubicó ahí Eduardo “Lule” Menem.
Antes, el personal de Presidencia de la Nación había intentado ocupar uno de los palcos destinados a los periodistas acreditados, pero no tuvo suerte porque estaban todos ocupados.
Tampoco prosperó la idea de que los funcionarios se sentaran en el palco que se había reservado a los gobernadores. A esa altura, el chaqueño Leandro Zdero (UCR) ya estaba esperando el inicio de la sesión. Después se sentarían a su lado el fueguino Gustavo Melella (PJ) y el neuquino Rolando Figueroa.
Ya instalados los cuatro funcionarios, el palco de la polémica se convirtió en el centro del poder oficialista, con muchos de los nuevos senadores tomándose su tiempo para rendir pleitesía a la hermana presidencial.
Fue el caso de la senadora electa por Neuquén Nadia Marquez, que tras jurar su escaño se dio media vuelta para saludar a Karina Milei al estilo oriental, con una ligera reverencia y las manos juntas a la altura del pecho.
Otro tanto hizo el dirigente salteño Alfredo Olmedo, que acompaño en la jura a su comprovinciana Emilia Orozco, electa senadora por La Libertad Avanza. En este caso, el hombre, que vestía un saco de cuero y una chillona camisa amarilla, hizo con los dedos índice y pulgar de la mano derecha el viejo gesto de los liberales de la Ucedé.
Los funcionarios aplaudieron a todos los senadores electos en el momento de jurar sus bancas, pero sólo tuvieron un gesto de deferencia para Patricia Bullrich: en ese momento, todos se pusieron de pie para saludar a la todavía ministra. (Fuente: La Nación)