El presidente Javier Milei aseguró que el Gobierno “no va a calmar su vocación reformista” y llamó a prepararse para una etapa más profunda de transformaciones. Fue durante una presentación ante empresarios en la Corporación América, donde reivindicó el resultado de las elecciones legislativas de octubre y consideró que el respaldo en las urnas valida la continuidad de su programa. “Abróchense los cinturones”, advirtió, al reafirmar que se sostendrá—y ampliará—el rumbo iniciado en diciembre de 2023.

El mandatario recordó el escenario previo al balotaje que lo llevó a la Casa Rosada y aseguró que en ese momento el país estaba “al borde del precipicio”. Planteó que la crisis y la demanda social por un cambio profundo posibilitaron su llegada al poder. En ese contexto, destacó que los argentinos eligieron “al primer presidente liberal libertario de la historia” y que esa definición marca el sello de su gestión.

Al evaluar el proceso electoral de este año, Milei afirmó que los comicios legislativos fueron “una prueba de fuego” para un gobierno que, según él, encabeza el ciclo “más reformista” de las últimas décadas. Admitió que todavía quedan “600 mil decretos” por emitir y enfatizó que la participación del sector privado es central para motorizar el crecimiento. A la vez, volvió a apuntar contra sectores de la oposición, a quienes acusó de buscar trabar su modelo económico. “Por muchísimo menos se han llevado puesto gobiernos”, sostuvo.

El Presidente defendió su política económica y destacó que, aun en un año electoral, se mantuvo la disciplina fiscal. Subrayó que la sociedad decidió acompañar ese enfoque y que la experiencia se replica en otros países. Al repasar su programa, mencionó las tres anclas ya conocidas y sumó dos nuevas: la geopolítica y la política. Sobre la primera, señaló que Argentina “tiene la posibilidad de ser protagonista” en el nuevo orden internacional y destacó el apoyo de Estados Unidos. Respecto de la segunda, la definió como “la más sagrada”, al asegurar que sin respaldo social cualquier acción estatal “es vacía”.

También proyectó que la economía podría crecer entre 7% y 10% anual si se sostiene la responsabilidad fiscal, y destacó la baja de impuestos que su administración aplicó. “Hicimos algo que no hizo ningún gobierno en la historia argentina”, afirmó. Consideró además que el cambio estructural en curso será inédito para cualquier argentino vivo, no solo en términos económicos, sino también institucionales.

En paralelo, adelantó que el Gobierno se prepara para impulsar el Presupuesto 2026 y avanzar con reformas laborales, tributarias y de seguridad. Según su lectura, un esquema regulatorio alineado con su visión permitiría “duplicar el PBI cada siete años”, en referencia al proceso de crecimiento chino.

Milei dedicó un tramo de su discurso a cuestionar a sus predecesores y sostuvo que la Argentina estuvo “trabada” por “ideas antigrowth” y por lo que llamó “chamanismo económico”. Afirmó que la batalla cultural sigue siendo una prioridad y que resulta imprescindible transmitir valores que, a su entender, combatan “el germen del socialismo”. Cerró su intervención con una defensa de los valores judeocristianos como base del desarrollo occidental y su ya habitual consigna: “Viva la libertad, carajo”.