Por Mónica Farabello

Muchísima emoción en las caras de todos los funcionarios que participaron del encuentro. Lágrimas, abrazos y cantos: “Vamos a volver”. 

Los presentes aseguraron que no se trató de un balance sino más bien de un encuentro de despedida. EL ARGENTINO conversó con el intendente Martín Piaggio y aseguró que “quizá fue un día que intenté durante mucho tiempo imaginármelo y finalmente llegó. Hicimos una reunión con el gabinete entero y lo que más predomina, más allá de la emoción, es un sentimiento de orgullo por todo lo hecho”.

“Cuando interpretamos para qué veníamos, prevalece todo lo logrado durante estos ocho años. Siempre está cruzada esta época por este sentimiento; nuestro equipo volvió a hacer una propuesta y por pocos votos, pero la ciudad eligió otra cosa y así es el juego democrático”, dijo Piaggio.

Confesó que “para nosotros, internamente es durísimo, sobre todo por la calidad humana de este equipo que quería seguir, continuar, profundizar, pero también estos momentos difíciles deben representar una prueba. Esa prueba es lo que hago todos los días: levantemos la cabeza para mirar con mucho orgullo a todo el pueblo por lo hecho, al que nos votó, al que no nos votó, porque nadie deja de reconocer lo que se pudo lograr estos años”.

Finalmente, recordó que cuando se recuerda más joven “y alguna vez se me cruzaba este sueño por la cabeza, era poder lograr esto. El día que me fuera, irme con la sensación que me voy como vine, así, igualito como vine, pero con un inmenso orgullo de todo lo logrado en los ocho años por este equipo”.

Ante el pedido de los vecinos que cantaban “Piaggio 2027”, el Intendente saliente fue contundente: “No pienso en eso ahora. Claramente ahora no. Tengo que pensar un poquito en mi propia vida, en mi familia. El tiempo va poniendo cada cosa en su lugar, yo confío siempre en eso. Fue como una filosofía de vida. El tiempo va poniendo las cosas en su lugar. Y si eso algún día tuviese que ocurrir, va a ocurrir y no vamos a necesitar que nadie lo fuerce”, sostuvo el referente del peronismo local.

Agregó que ahora está “entrando en otra etapa, que tiene más como protagonista a toda mi familia, a mis seres queridos. Ellos resignaron mucho; tuvieron que aprender sin opción que mi agenda ya no era la mía, era una agenda del pueblo entero. Y eso hacía que a veces tuviesen que aprender a compartir. Mi familia siempre se tuvo que acostumbrar a que esos tiempos tenían que ser relegados por la agenda que tenía Gualeguaychú”.

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Pero ¿Qué pasa con la vida laboral de Piaggio? Con muchos proyectos, adelantó a EL ARGENTINO que “seguiré mi vida con la medicina y la abogacía. La política no. Soy un militante que quiere seguir aportando desde donde me toque, contribuyendo -más aún con esta experiencia que es muy grande- pero no quiero trabajar en la política ahora”.

“Vieron que siempre la política se divide entre los que tienen cargo electivo y los que después van participando de otra manera, que es una gran mayoría. Yo no tengo ganas, porque a su vez habíamos decidido con mucho tiempo cuál era nuestra apuesta, y nuestra apuesta ya pasó. Quiero poder trabajar dignamente como siempre hice, con la medicina, donde me siento útil para la sociedad”, sostuvo Piaggio.

Finalmente, adelantó que tiene un sueño, y que está relacionado a su mamá: “Con mi madre siempre tuvimos el sueño de poder hacer cosas juntos en la abogacía. Yo he aprendido mucho de ella, que tiene en Gualeguaychú una experiencia muy grande dentro del Poder Judicial, y lo pongo como un desafío lindo para estos tiempos, poder trabajar también de abogado. Así que seguramente va a estar muy entretenido con todo esto”.