País EFECTO MARIPOSA

Los limites ideológicos de la política exterior de Milei

El presidente se debate entre el pragmatismo que le impone la agenda internacional y sus ataques de ira cuando se siente criticado.

Sábado, 29 de Junio de 2024, 22:34

Redacción EL ARGENTINO

Por Natasha Niebieskikwiat

[{adj:83946 ]El Contexto internacional de la victoria Parlamentaria

Influyentes medios en el exterior titulaban sobre el fin de semana que el Congreso de Argentina le había dado la primera victoria a Javier Milei, a quien siguen considerando un “forastero” que gobierna frente a una clase política hostil y a la que él sigue insultando con el argumento de que son la casta, cuando en realidad negocia con ella. 

Destacan afuera que con sólo el 15 por ciento de los escaños en Diputados, el Presidente logró que le aprobaran lo que quedó del texto inicial de su Ley de Bases, por 147 a 107 a votos, y la devolución de los impuestos sobre la renta en el paquete fiscal que lo acompañaba por 136 contra 116 votos. Ahora deberían demostrar que pueden domar el 276% de inflación anual. 

Los nacientes libertarios están ahora sobre un punto de inflexión en una amplia gama de temas que no son sólo económicos. La nueva pulseada entre Milei y Lula da Silva de este viernes muestra lo controvertida que resulta la diplomacia presidencial. Pero hay que decodificar si se trata de una cuestión ideológica o personal. 

 

Pragmatismo vs. Ideología

A principios de la semana pasada el Presidente fue protagonista de un hecho no menor ocurrido en la República Checa que da una señal de los horizontes y los límites en la política del gobierno de Javier Milei. 

En el contexto de sus reiteradas salidas al extranjero a dar conferencias y recibir premios, Milei fue el centro de una insólita pelea entre los libertarios checos  -entre ultras y más liberales- porque mientras una de las instituciones le daba una distinción, otra rama de los mismos insistió en desconocerla. 

Lo interesante de este acontecimiento son los argumentos que enfrentaron a unos y otros en una pelea que todavía no explota en la Argentina de Milei pero que está latente porque la nueva administración aún navega carriles erráticos.

En Praga, Martín Pánek, el director del instituto que llamó a desconocer el premio al presidente argentino por considerarlo “prematuro” y contrario a los ultra conservadores que se lo dieron, explicó: “Estamos en contra de sus medidas contra las drogas, el aborto y las manifestaciones públicas. Nosotros estamos a favor de la legalización de la marihuana y del aborto”. 

Una tensión comparable se reeditó en la Asamblea General de la OEA que tuvo lugar en Asunción de miércoles a viernes.

 

Contradicciones en la OEA

Intervenida por una asesora de la Presidencia que en realidad no tiene despacho (la abogada especialista en derecho de familia Ursula Basset), la canciller Diana Mondino encabezó su primera Asamblea de la OEA con una posición que, de mínima, contradecía el ordenamiento jurídico nacional (el país tiene aprobada ya las leyes del divorcio, matrimonio igualitario y aborto) e internacional con el que está comprometida la Argentina. 

Y así se lo advirtieron en la línea histórica de la Cancillería porque el Gobierno -más bien Basset- llegó a Paraguay tachando todas las menciones y compromisos de la Argentina en materia de género, derechos humanos, agenda LGBTI, y cambio climático en una cumbre cuyo tema central era “Integración y seguridad para el desarrollo sostenible de la región”.

Desde mediados de semana, en Asunción, Basset que prácticamente eclipsó y hasta tomó el lugar de la inexperta embajadora ante la OEA, Sonia Cavallo, insistió en oponerse a la Agenda 2030 siendo que era totalmente contradictorio con los textos similares que ya están dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y a la que Argentina pidió entrar. Va en contra de las negociaciones del Mercosur con la Unión Europea para lograr un acuerdo de Libre Comercio. Y con los textos ya vigentes en el Grupo7 o del G20, en el que Argentina es miembro. Más aún, el país tiene compromisos adquiridos con distintas agencias de la ONU, adonde esperan que Basset continúe su intervención. El argumento antikirchnerista termina en un exceso de ideologización ultraconservadora.

La semana en la OEA terminó mucho más liviana de lo que se pensaba, pero no sin costos. La canciller, pidió que la OEA no promocione "iniciativas ideológicas" que atentan contra "la defensa de la vida, los derechos individuales y la libertad”. Pero al final, lejos de romper todo el gobierno hizo pies de página en los textos de la declaración final, donde fue más reacia a lo que hace a la igualdad de género que a los derechos LGTBI.  Igualmente, la Agenda 2030 (sobre desarrollo sostenible) entró en la declaración con la sola resistencia de Argentina, Paraguay y El Salvador.

El Gobierno se llevó de premio la ya clásica declaración de la OEA que llama al Reino Unido a hablar de la soberanía de las Malvinas. Pero la abogada argentina, Jimena de la Torre, no fue elegida para la comisión de asuntos jurídicos. Una revancha contra el país, que hasta se enfrentó con la agenda progresista de EE.UU.

Igual, el Gobierno va encontrando su lugar en el exterior sin proponérselo, mucho más pragmático de lo que parece, aunque aún siempre sujeto a los ataques de ira e ideológicos del Presidente. 

 

¿Diplomacia del Ego?

Lo ocurrido con el confuso levantamiento militar contra Luis Arce es un buen ejemplo de la adaptación grupal de los libertarios: los países del Mercosur, incluyendo a la Argentina expresaron preocupación, condenaron las movilizaciones del ejército boliviano.  A diferencia de otros mandatarios, Milei que tiene nula relación con Arce por claros antagonismos, no dijo nada. Ni en favor ni en contra de Bolivia, pero dejó hacer. 

En cambio, no pudo resistirse a meterse otra vez en el fango con Lula da Silva a quien debería ver la próxima semana en Asunción. 

El presidente rechazó este viernes disculparse con Lula da Silva, como éste había reclamado, y por el contrario lo calificó de "zurdito" con "el ego inflamado". Lo declaró en una entrevista televisiva en relación a un Lula que evidentemente también actúa de manera visceral y ofendida.

"No he conversado con el presidente de Argentina porque creo que él debe pedir disculpas a Brasil y a mí. Él dijo muchas tonterías, solo quiero que pida disculpas", había dicho el presidente vecino al sitio de UOL. Fue esta semana también y luego llegó el contraataque de Milei.

"¿Cuáles son los problemas, que le dije corrupto? ¿Acaso no fue preso por corrupto? ¿Qué le dije comunista? ¿Acaso no es comunista? ¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad? ¿O estamos tan enfermos de corrección política que a la izquierda no se le puede decir nada, aun cuando sea verdad?", dijo Miley y contraatacó en medio de una absurda saga en la que no perdona que Lula haya apoyado a Sergio Massa como candidato presidencial y Lula que Milei sea amigo y aliado de los Bolsonaro. 

Lula y Milei se saludaron cordialmente en el reciente G7, de Puglia, Italia. Luego se esquivaron. Ahora están ante el abismo porque el próximo lunes 8 deberán ensayar un encuentro en la cumbre de presidentes del Mercosur. 

¿Por qué con Lula, con Petro y otros sí hay pelea y con Xi Jinping no, por ejemplo? Acaso la necesidad tiene cara de hereje. O hay que indagar en las zonas grises del orgullo presidencial que no le permite dejar pasar una.