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En la Escuela se desarrolla un proyecto de estudiantes de la Lic. en Nutrición de la Facultad de Bromatología, los que enseñan a preparar diferentes platos de comida, en los que se incorporan ingredientes nuevos, nutritivos y en este caso específico, el producido de la huerta del lugar.
?Enseñan comidas rápidas y fáciles que los chicos prueban y como siempre les gustan, comprueban de esta manea que se pueden preparar otras comidas que en muchos casos, no conocen por la tendencia a preparaciones como guisos. Estas comidas nuevas ara ellos, son fundamentalmente nutritivas?, dijo Osuna.
A la Escuela de Horticultura concurren 90 chicos cada día, los que reciben allí desayuno, almuerzo y merienda. Treinta de ellos además cenan en el establecimiento en tanto son albergados en su hospedaje.
Hoy este comedor requiere de manera urgente una heladera.
La persona interesada en contribuir puede llamar al TE 422584 durante todo el día, porque en el lugar, como quedó claro, se trabaja desde la mañana a la noche.
Además de una heladera, la enseñanza de preparación de platos de comida requiere de utensilios típicos que toda ama de casa conoce y se pueden donar.
Los estudiantes universitarios realizan su aporte con una práctica de su carrera que permite transmitir a los chicos de 6 a 14 años saberes que se traducen en diversos platos de comida que son consumidos en el establecimiento, aprovechado también y lógicamente la producción de la huerta propia para ofrecerles por ejemplo, ñoquis de acelga ?una comida desconocida, que les encantó?, como dijo nuestro interlocutor.
En la huerta se produce acelga, lechuga, cebolla de verdeo, habas, rabanitos, todos alimentos para consumo interno.
?Desde que la escuela se transformo en establecimiento de jornada completa, todos los chicos deben pasar por la huerta?, dijo Osuna, agregando que también cuentan con tres vacas que están cercanas a la parición, las que en adelante serán las proveedoras de leche.
Finalizado el ciclo lectivo, los chicos que son alojados en el albergue institucional, son derivados a comedores comunitarios. ?Nos aseguramos que concurran a un comedor del barrio en época de vacaciones?, dijo Osuna, agregando que, ?como la mayoría de nuestros chicos viven en zonas alejadas, les resulta más económico comer en el comedor de su barrio que abonar un pasaje de transporte, que será común, no escolar, en período de vacaciones?.
También, aprovechando la oportunidad de este contacto con la comunidad de Gualeguaychú, Osuna pidió sillas y mesas para el comedor, herramienta y semillas para la huerta y de manera especial recordó que siempre son necesarias las zapatillas (en los números acordes a las edades de 6 a 14 años) y tratándose de un lugar de enseñanza, siempre son bienvenidos los útiles escolares.