A poco de tomar cuenta de este ingreso, seguramente aprovechando la noche, también constataron que los delincuentes se descolgaron con una soga y desde este lugar recorrieron varias secciones del negocio, incluidas las oficinas que, como se dijo a EL ARGENTINO “dieron vuelta” seguramente buscando dinero.

Al parecer, los andamios amarillos de la   estructura  de la fachada, que se ven en la esquina de Bolívar e Italia y se replican en parte del cielorraso del negocio, les facilitó a los ladrones el acceso al techo, donde hicieron el boquete por el que ingresaron.

Hasta media mañana, no se habían registrado faltantes aunque sí el desorden propio de una entradera como esta.