Una mujer de 29 años denunció hace quince días atrás, en el último día hábil de abril, que mientras se encontraba en su puesto de trabajo como telefonista en la empresa municipal Higiene Urbana, en las oficinas ubicadas frente al predio del ex Frigorífico Gualeguaychú, fue víctima de un asalto.

Según su relato, un delincuente con el rostro completamente cubierto y supuestamente armado, ingresó y la golpeó con un palo por la espalda para llevarse una mochila y una campera, que en su interior tenía 440 mil pesos de los haberes que recién había cobrado un compañero de trabajo.

 El hecho sucedió a las 13.30 y quedó grabado en las cámaras de seguridad la presencia del delincuente, que se dirigió hasta el lugar en moto, pero no hay registros del hecho en sí mismo. Está certificado que ingresó una persona con el rostro cubierto, pero a los investigadores hubo cosas en el relato de la mujer que no les cerraron.

En principio, a la Policía le pareció extraño que un delincuente ingrese directamente a ese lugar en busca de una campera que la mujer tenía en su poder, que le había dicho a su compañero de trabajo que ella la cuidaba, sabiendo que había una importante suma de dinero en uno de sus bolsillos. “No era una campera costosa, sino una de trabajo”, relató una de las fuentes consultadas por EL ARGENTINO.

Además, dijo que el delincuente la había golpeado con un palo por la espalda para llevarse su mochila y la campera, pero la empleada municipal no presentaba ningún tipo de lesiones, ni hematomas, lo que acrecentó aún más las dudas sobre lo sucedido.

Fue así que al día siguiente, y por pedido del fiscal Facundo Álvarez, la Policía cumplió con una orden de allanamiento en el domicilio de la mujer y si bien no se encontró una suma importante de dinero, se hallaron elementos que guardan relación con los denunciados, como ser una mochila de las mismas características a la que supuestamente le robaron, y documentación que dijo tener dentro de esa mochila. 

En el procedimiento también se le secuestró su teléfono celular, que en ningún momento fue pretendido por el delincuente durante el atraco. Ese aparato fue remitido a Criminalística para ser peritado y de su análisis se espera que surjan respuestas que ayuden a esclarecer el hecho.

En principio- y si bien aún restan pericias por realizar – todo hace suponer que se habría tratado de una falsa denuncia y de un hurto simple, porque de confirmarse esta hipótesis el robo violento nunca habría sucedido, sino que la empleada municipal habría facilitado el hurto a un autor secundario que aún resta identificar.