Redacción EL ARGENTINO
La reciente edición de Somos Industria dejó un panorama sombrío para el sector fabril. Empresarios de distintos rubros coincidieron en que el “falso oasis” de recuperación terminó, y que la presión de las importaciones, la suba de costos y la falta de apoyo estatal amenaza la supervivencia de muchas compañías.
Una fabricante de calzado relató que sus ventas cayeron un 30% desde diciembre de 2023, afectando principalmente a la producción para terceros, reemplazada por insumos importados más económicos. La sensación general es de “encogimiento del mercado” y competencia desigual.
Martín Rappallini, presidente de la UIA, advirtió sobre la creciente entrada de productos chinos, señalando que no solo compiten, sino que buscan dominar el mercado, profundizando la desigualdad impositiva frente a la producción local. La preocupación central es que la apertura comercial avanza más rápido que las condiciones para producir internamente, generando incertidumbre sobre si la recesión tocará fondo o empeorará.
El titular de la UIPBA, Alejandro Gentile, destacó la relevancia de figuras empresariales locales en su trayectoria y cuestionó el modelo económico del Gobierno. Subrayó la dificultad de competir con productos subsidiados mientras la industria nacional afronta altas cargas impositivas.
En los pasillos de Costa Salguero, la sensación entre los industriales reflejó también el descontento por la política económica y la falta de interlocución con el Gobierno. La incertidumbre sobre las elecciones de octubre se suma a la compleja situación sectorial, sin que se vislumbre un claro panorama de recuperación.