Redacción EL ARGENTINO
La Calera es una famosa estancia ubicada a orillas del río Gualeguay, en la desembocadura en el Paraná, frente a las islas Lechiguanas. Allí funciona desde hace años un “depósito” de hacienda. Se habla de unas 20 mil cabezas de distintos dueños colocadas en ese lugar para engorde. También, desde entonces, se ha hablado de robos de esa hacienda, pero nada en concreto, hasta que, semanas atrás, un productor comprobó un groso faltante.
Según explicó el periodista Norman Robson en Gualeguay 21, el escenario donde ocurrió este robo de animales es un lugar propicio para que suceda. Se trata de una estancia de 50 mil hectáreas llenas de hacienda, poco control, a horas de cualquier vestigio de civilización; a la vera del río Paraná Pavón de un lado y del otro las islas Lechiguanas, un archipiélago de 2.500 kilómetros cuadrados de tierra de nadie, totalmente liberada, sin presencia alguna del Estado. En medio, y operando en el río, casi una docena de barcazas que transportan hacienda.
Sin lugar a dudas, allí, la naturaleza y la ausencia del Estado juegan en favor de la libertad y del descontrol. En esa estancia, nadie sabe cuántas cabezas hay. Saben los dueños la cantidad por las que se cobra arrendamiento, solo sabe el Estado por las que le declaran los contribuyentes, solo saben los vacunadores por las que firman que vacunaron, y solo saben los dueños de la hacienda por las que alguna vez allí llevaron. Pero cuántas hay realmente, nadie sabe.
En este contexto, para la gente de la zona, alguna veterana en el cuatrerismo costero, era “una papita”, y a la carneada ajena se sumó el “robo de hormiga”, de unas pocas cabezas por viaje, el cual se hizo costumbre, tal como lo que se supo y trascendió de boca en boca. Todo sin que nadie vea nada, solo porque no hay nadie por ahí.
La única forma de saber es realizar una “parada de rodeo”: barrer las 50 mil hectáreas, y contar una por una las 20 mil cabezas, por marca y señal. Un conocido empresario gualeyo que allí guardaba sus ahorros, tal vez preocupado por los trascendidos, decidió retirar toda la hacienda que tenía, unos 2 mil novillos gordos. Cuando llegó el momento de contar, faltaban 835 animales que no estaban en ningún lado de la estancia. Frente a esta situación, denunció el robo ante la Justicia.
EL ARGENTINO pudo confirmar que existen varias denuncias en la Justicia y que se han realizado actuaciones. Se hizo una parada de rodeo en un campo en jurisdicción de Islas, que no tuvo anomalías, y la jueza de Garantías de Gualeguaychú, Natalia Céspedes, autorizó un allanamiento que si bien resultó negativo, se secuestró un teléfono que será peritado para tratar de descubrir un camino que pueda descubrir lo que sucedió con el ganado faltante.
Se trata de una causa difícil por ser varios los damnificados y no saber a ciencia exacta cuánto es el faltante. Uno de los damnificados es el mismo productor que hace unos años atrás persiguió en su helicóptero a unos cuatreros de Gualeguaychú que posteriormente fueron condenados, que le habían matado animales y a uno de ellos lo atraparon con la carne en la parte trasera de su camioneta cuando escapaba por Ruta 12.