El mismo jueves en que se cometieron ambos hechos, la Policía concurrió por la noche a un domicilio en la zona norte de Gualeguaychú y trasladó a la Jefatura Departamental a un joven de 21 años que quedó sospechado de ser el responsable de los delitos.

Los casos ocurrieron el mismo jueves con algunas horas de diferencia. El primero sucedió por la mañana en un kiosco situado en calle Urquiza al 1100. En ese lugar, el delincuente le insinuó a la joven que se encontraba trabajando, que tenía un arma en la cintura, y le exigió lo que tenía en la caja.

La víctima hizo caso a las amenazas y le entregó el dinero; y el delincuente se llevó 150 mil pesos. Una vez que la Policía tomó conocimiento de este hecho, del que no hubo denuncia, sino la viralización de las imágenes de las cámaras de seguridad, se identificó al posible autor del hecho, aunque para ese momento ya había cometido un segundo delito de las mismas características en un polirubro en la zona de Montana y Seguí.

Ya era de tarde cuando el delincuente entró al comercio y ante la presencia de su propietaria, se apoyó en el mostrador y le exigió el dinero de la caja. Por temor, la mujer de 66 años no dudó en entregarle la plata y le dio 70 mil pesos y el teléfono celular. Al igual que el caso anterior, no hubo armas de por medio y todo se redujo a las amenazas propias de un hecho de estas características.

El delincuente escapó, pero ya para ese momento el fiscal Lucas Pascual y la Policía trabajaban en tratar de determinar la identidad. Por la noche se requirió la identificación del sospechoso y fue allí que la Policía se presentó en la vivienda en el barrio Victoria y trasladó a la Jefatura al joven de 21 años, que tras las actuaciones de rigor quedó en libertad, pero supeditado a la investigación penal.