Enrique:

Cincuenta años de amistad demostrados a través de infinidad de favores y actos de confianza, no se borrarán con el tiempo. Lastimosamente y por razones particulares, no pude acompañarte durante tu velatorio a vos y a tu familia, razón por la que deseo expresarte mi más sincero reconocimiento y agradecimiento, haciéndolo extensivo a todos tus familiares. Quedo a entera disposición de ellos para devolver esos favores y demostrarte de ese modo que mis palabras no son huecas, sino por el contrario, vivas en sentimiento a esos valores que supiste poner en practica durante el transcurso de tu vida. Que Dios recompense tu ejemplo.

Cochengo