Redacción EL ARGENTINO
Cuando uno es niño sueña con ser policía, bombero o astronauta. No hay otras profesiones que a los más chicos les transmitan tanta seguridad y admiración. Pero cuando uno va creciendo también va cambiando esa percepción del mundo y con ello nuestra mirada hacia eso que tanta admiración nos producía.
Algo de esto es lo que le ocurrió a una chica de 16 años que en la madrugada del 7 de febrero de 2021 se llevó el peor trago amargo de su corta vida, por parte de dos funcionarios policiales que debían haberle brindado tranquilidad y seguridad.
Era época de pandemia y de restricciones, cuando, a partir de determinado horario no se podía andar en la calle, y los adolescentes trataban de juntarse y pasar por ese momento inolvidable de la mejor manera posible.
Un grupo de no mas de siete habían pasado la noche jugando al truco y otros juegos en la casa de un adolescente en Gualeguaychú y alrededor de las 5 decidieron llevar a su amiga a su casa en Pueblo Belgrano. Eran cuatro en el auto, siendo tres de ellos con domicilio en Gualeguaychú.
Al llegar a la garita policial de las termas, se encontraron con un control, con dos funcionarios. Los pararon y le interrogaron al conductor hacia dónde se dirigían, porque en ese horario no se podía circular. El adolescente le explicó al policía que llevaban a su amiga a la casa y fue ahí que la joven bajó la ventanilla de atrás y le mostró su cara al comisario, al quien ya conocía, porque estaba a cargo de la Comisaría de Pueblo Belgrano desde hacía muchos años.
Se trataba de Raúl “Pichi” Guido. Un policía bonachón, carismático, al cual todo el pueblo conocía y que de ninguna manera transmitía inseguridad. “No había nadie en el pueblo que no conociera al Pichi y no había nadie en el pueblo que el Pichi no conociera”, contó una fuente del caso a EL ARGENTINO.
Es por este motivo que, cuando el hecho trascendió, en una localidad tan chica como Pueblo Belgrano, causó asombro e indignación. Incluso, le costó el puesto a Guido, que hoy trabaja en la Departamental de Policía de Federación.
Volviendo a esa madrugada del 7 de febrero de 2021, Guido identificó rápidamente a la pasajera. Le dijo que se bajara del auto y que fuera a su casa caminando o que los esperara, que ellos la llevarían en la patrulla, mientras que sus amigos debían dar vuelta y regresar a Gualeguaychú, porque en ese horario no podían transitar.
La joven no dudó, porque decidió confiar en Guido, a pesar de que al otro policía que lo acompañaba no lo conocía. El otro funcionario era Cesar Hernán Rodríguez, un suboficial que en ese momento tenía 36 años, seis menos que Guido.
Los adolescentes retornaron no muy convencidos de haber dejado a su amiga, pero no tenían muchas alternativas y en definitiva había quedado con dos policías. Guido y Rodríguez prepararon el mate y en ese mismo momento empezaron a decirle cosas, "a modo de broma", pero insinuando que la adolescente venía de una fiesta con hombres.
La chica subió al patrullero. La distancia desde donde estaban hasta la casa de la menor no era mayor a 500 metros, ni a diez minutos de tiempo. Sin embargo, Rodríguez al volante y Guido como acompañante decidieron darle otro rumbo al paseo. En vez de dirigirse a la casa de la joven, que quedaba en dirección al centro de Pueblo Belgrano viejo, la llevaron por la calle Mariano Sánchez en sentido a Pueblo Belgrano nuevo. Es decir, en sentido totalmente contrario.
Esto fue inmediatamente advertido por la chica, que comenzó a preguntar a dónde iban, pero ahí mismo comenzaron a decirle que no dijera nada, a amenazarla con que había incumplido la ley porque las reuniones no se podían hacer y le pidieron que les entregara desbloqueado su teléfono celular. La chica se los dio y Guido comenzó a revisarle sus fotos y sus redes sociales.
Le encontraron imágenes posando ante la cámara y empezaron las insinuaciones. Preguntas incómodas y ofrecimientos sexuales, por sus experiencias de hombres grandes, que sabían lo que se debía hacer en la cama y todo lo demás. Incluso, Guido le decía "¡cómo había crecido!" y se tocaba los genitales por arriba de la ropa.
La joven no entró en pánico y exigió que la llevaran a su casa. Estaban muy lejos de su hogar, en una zona casi descampada, al sur de Pueblo Belgrano nuevo, y exigió que la llevaran hasta su domicilio. Los dos hombres accedieron, pero no la dejaron en su vivienda, sino en la esquina sobre calle 1° de Diciembre, no sin antes haberla agregado a sus cuentas de Instagram.
La causa está en menaos de la fiscal Martina Cedrés y este 24 de febrero comenzará el juicio en los Tribunales de Gualeguaychú contra los dos funcionarios, que están imputados por los delitos de “Abuso de autoridad" y "Privación ilegítima de la libertad, en contexto de violencia de género”.