Redacción EL ARGENTINO
La esquina del Congreso de la Nación, en la intersección de Callao y Rivadavia, se convirtió en un campo de batalla entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, minutos antes de las 16 horas de este miércoles 12 de junio. Organizaciones sociales, piqueteras, de izquierda, peronistas, de derechos humanos, asambleas barriales y sindicatos se manifiestan en rechazo a la Ley Bases que se debate en el Senado y que ya tiene media sanción en diputados. El objetivo es presionar a los parlamentarios para que rechacen la iniciativa del Poder Ejecutivo.
Cerca del mediodía, los manifestantes habían logrado cortar el tránsito sobre avenida Callao. Fueron desalojados, en una maniobra que terminó con un detenido y cinco diputados opositores, que eran parte de la manifestación, heridos por gases. Dos horas después, los disturbios regresaron.
En el mismo sitio, militantes de izquierda y otros sectores políticos comenzaron a arrojar piedras y bombas molotov contra el cordón montado por la policía. La respuesta fue contundente: el camión hidrante buscó disuadir a los manifestantes y se escucharon detonaciones. La tensión invadió la escena.
Mientras los incidentes no cesan, en el recinto de la Cámara de Senadores continúa el debate del mega proyecto que el Gobierno busca aprobar durante este jornada.
De la protesta inicial formaron parte diputados integrantes del bloque de Unión por la Patria. Los legisladores denunciaron que el avance policial fue violento y cinco de ellos debieron ser atendidos por el servicio de emergencias médicas. Esto fue corroborado luego por Cecilia Moreau, compañera de banca de los cinco diputados que fueron trasladados al Hospital Santa Lucía y al Instituto del Quemado, luego de la represión que sufrieron con gas pimienta. Se trata de Eduardo Valdés, Carlos Castagnetto, Leopoldo Moreau, Juan Manuel Pedrini, Carolina Yutrovic y Luis Basterra. De esa nómina, Castagnetto debió ser hospitalizado.
[{adj:83967 ]El diputado Eduardo Valdez recibió gas en el rostro durante la manifestación frente al Congreso
El amplio espectro político de organizadores aseguraban -en la previa- que la de hoy iba a ser una concentración masiva y prometían “desafiar” el amplio despliegue de fuerzas federales que ya ordenó la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, para hacer cumplir el protocolo anti piquetes.
Pasadas las 10 de la mañana, un grupo logró cortar el tránsito sobre la avenida Callao y las fuerzas de Seguridad se vieron obligadas a formarse en medio de la calle para frenar el avance de los piqueteros. Alrededor de las 13.30 avanzaron para ponerle fin al piquete. Este cara a cara generó momentos de tensión, al igual que la llegada de Pablo Moyano con la columna de Camioneros.
“Los jefes a cargo de cada una de las posiciones están delante. En posición de alerta. La orden es no responder las provocaciones pero sí hacer cumplir el protocolo”, le explicaron a Infobae desde el ministerio de Seguridad. Después de los incidentes se tomó la decisión de vallar por completo la intersección de Callao y Rivadavia para evitar que otras columnas se sumen a los que ya habían enfrentado con la Policía Federal. Lo mismo ocurre en otros puntos de la Plaza Congreso. La idea es entorpecer el acceso a otros manifestantes que ahora deberán dar la vuelta y caminar por Solís e ingresar desde Hipólito Yrigoyen.
Durante varios minutos los piqueteros y otros manifestantes forcejearon y patearon el cerca para intentar derribarlo pero no lo consiguieron. La decisión de las fuerzas federales es sectorizar la zona para aislar a las columnas que se ven reforzadas por otras que, a las 14.30 poblaban la Avenida de Mayo.
La situación confrontativa entre los agentes federales y los manifestantes es constante. Los activistas realizando ingentes esfuerzos por vencer la resistencia del vallado negro y los policía utilizando gas pimienta para hacerlos desistir.
“El operativo represivo solo ratifica lo que venimos denunciando. Qué dentro de la Cámara de Senadores se aprestan a votar una ley que es completamente anti pueblo y de saqueo”, le dijo la diputada de la Ciudad de izquierda Celeste Ferro quien después de enfrentarse a la policía adelantó que su organización y piqueteros de izquierda, encabezados por el Polo Obrero “nos vamos a quedar si es necesario hasta la madrugada para evitar que los senadores y senadores vendan a la patria”. “Fue una provocación armada”, opinó el diputado de izquierda Nicolás del Caño.
En diálogo con este medio, desde el Comando Unificado allegados a la ministra Bullrich afirmaron que la decisión del Ministerio de Seguridad es hacer cuplir el protocolo pero, además, que el legítimo derecho al reclamo se desarrolle sin incidentes. “Que no se les ocurra tirar una piedra, levantar una baldosa, porque no, hay límites”, había advertido Bullrich al ser consultada por Infobae.
Pasadas las tres de la tarde la tensión bajó, sobre el asfalto quedaron piedras, botellas de agua congelada y los restos de vidrios de envases que los piqueteros arrojaron sobre Gendarmería, Prefectura y efectivos de la Policía Federal. Ese momento de distensión fue aprovechado por los jefes del operativo para armar un segundo vallado, a cien metros de Rivadavia y Callao para circunscribir al grupo más violento.
Cómo apoyo a los grupos de infantería, los camiones hidrantes se posicionaron frente a la Plaza de Congreso. Los grupos más violentos están sobre el vallado desplegado más temprano sobre el frente de la plaza ubicado de manera paralela a la venida Entre Ríos. Poco antes de las 15.45, y después de una andanada de piedras y adoquines uno de los hidrantes actuó para hacer retroceder a los manifestantes. Uno de los agentes resultó herido.
La orden del Comando Unificado es que las columnas no rompan el cerco. Tienen información que grupos extremos intentan llegar al Palacio Legislativo para arrojar objetos contundente contra los ventanales.
Las inmediaciones del Palacio Legislativo están valladas y se reforzó la seguridad en el interior del Congreso y los accesos al lugar. En el operativo intervienen cuatro fuerzas federales: Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), Gendarmería, Prefectura y Policía Federal Argentina (PFA). Están apoyadas por la infantería, grupos especiales y brigadas motorizadas. Cinco camiones hidrantes encabezan el despliegue.
Como lo hicieron en otras oportunidades, los piqueteros y movimientos sociales llegaron hasta las inmediaciones de la Plaza Congreso, frente al parlamento, en transporte público. Desde temprano, los grupos más pequeños empezaron a reunirse en estaciones de subtes y trenes como Liniers, Once, Lima, Retiro y Constitución, entre otras. Los grupos sindicales, en cambio, llegaron a los puntos de encuentros, a lo largo de la Avenida 9 de Julio en micros de larga distancia y se retiraban de inmediato para evitar ser sancionados al estar mal estacionados.