Personal policial dependiente de la Jefatura Departamental Uruguay encontró abandonado en la entrada de la localidad de Talita -a la altura del Km 116,500 de la RN 14-, un automóvil Chevrolet Corsa que había sido robado en la madrugada del sábado en el establecimiento rural “San Ignacio” (foto), perteneciente a la empresa Yabito S.A., de la familia Yabrán.

El vehículo, color gris, con vidrios polarizados, fue sustraído del interior de la estancia ubicada a unos 5  kilómetros de Aldea San Antonio entre la 0 y las 6:30, del lugar en el que había a sido dejado estacionado por su dueño, el empleado Eduardo Castrillón, en una galería abierta de la propia casa donde él estaba durmiendo por esas horas.

Tanto Castrillón como el encargado del establecimiento de campo, Roberto Gervasoni, que también se encontraba descansando en su habitación de otra casa ubicada a escasa distancia, no escucharon ningún ruido producido por los autores del robo, que igualmente entraron a un galpón y se apoderaron de dos motosierras y un taladro eléctrico. Ni siquiera se escuchó el ladrido de los perros que hay en la estancia.

Lo cierto es que tampoco oyeron el ruido de un motor, lo que demostraría que los autores del hecho empujaron el auto hasta una prudente distancia, hasta que finalmente llegaron a la calle que se encuentra a unos 2.500 metros y que empalma con la ruta. Cabe señalar que para ingresar al campo los delincuentes cortaron la cadena de la puerta de entrada.

Todas las evidencias encontradas llevarían a casi la certeza de que los autores del robo conocen muy bien el lugar (el detalle de la tranquilidad de los perros no es menor), sabían en qué lugar estaban las herramientas, que el Corsa no quedaba cerrado con llaves y que la del contacto estaba en la guantera.

A otros automóvil –un Ford Sierra- y a  una camioneta de uso en la estancia, ni las tocaron.

En la estancia “El Tirón”

Cabe recordar que –como se informara oportunamente- en los primeros días del presente mes se produjo un importante robo en la Estancia “El Tirón”, establecimiento de campo ubicado en esa misma zona del norte de nuestro departamento, entre las localidades de Aldea San Antonio y Aldea San Juan.

Allí, aprovechando que no había ocupantes, los delincuentes produjeron destrozos en el interior del casco de la estancia y prácticamente lo ‘desvalijaron’, llevándose  un termotanque, un microondas, un televisor, toda la grifería de los baños, una bomba de agua, desarmaron la cocina, garrafas, objetos personales, herramientas, herramientas de toda clase, entre otros elementos.