Redacción EL ARGENTINO
El Indec informó que en el primer semestre de 2025 la pobreza alcanzó al 31,6% de las personas —unos 15 millones de argentinos— y la indigencia al 6,9%, lo que supone una baja respecto de 2024. Sin embargo, distintos centros de estudios pusieron en duda los resultados.
Desde el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas señalaron que la Encuesta Permanente de Hogares mostró mejoras de ingresos que no coinciden con la caída del empleo formal y el aumento de la informalidad. En tanto, el Centro de Economía Política Argentina advirtió que se siguen usando canastas de consumo basadas en datos de 2004/05, que subestiman el peso de los servicios, hoy con aumentos muy superiores a los alimentos.
El Observatorio de la Deuda Social de la UCA reconoció una mejora, pero advirtió que los indicadores oficiales “sobrerrepresentan la magnitud del alivio social” y reclamó actualizar las canastas de referencia para transparentar la evolución histórica.
Movimientos sociales también expresaron su desconfianza. “Si baja la pobreza, debería bajar la gente en los comedores, pero eso no ocurre”, señaló Rafael Klejzer, dirigente de La Dignidad, quien alertó sobre el aumento de la demanda en CABA y el conurbano, especialmente entre jubilados.
En paralelo, trabajadores de ATE-Indec remarcaron que la mejora estadística no se traduce en mejores condiciones laborales ni en crecimiento económico. Para un hogar promedio, la canasta básica total se estimó en 1.065.691 pesos en el semestre y la alimentaria en 452.742, valores que especialistas consideran subestimados.