Sociedad

Como en el primer mundo

Viernes, 14 de Noviembre de 2014, 0:13

Por 4

Varias veces se hizo alusión en esta columna a la necesidad de una vuelta a la bolsa de almacén, esa que se portaba cuando las compras se hacían en el barrio y a pie.

Y esto se destaca porque con la irrupción de los supermercados y de los híper, hacer la compra semanal se volvió una costumbre que trajo consigo el uso del automóvil y de las bolsas plásticas que se entregan en estos comercios, las que suelen colocarse en el baúl.

Como se ve, mucho han cambiado las costumbres y más aun, la relacionada con el descarte, impensado para las abuelas.

Ellas también tuvieron que acostumbrarse a sacar la basura en estos envases, dejando en el olvido al viejo tacho forrado en su interior con papel de diario.

Pero el progreso es el progreso y así como de un tiempo a esta parte todo parece ser más higiénico, el plástico, con su no degradación, es un problema para una comunidad que genera toneladas de residuos y los entrega contenidos en bolsas sintéticas.

Ahora se sabe que en la municipalidad se trabaja en la elaboración de una ordenanza para regular el uso de las bolsas de plástico (a esta altura, usadas por el comercio en general, porque son contados los casos que entregan bolsas de cartón o papel madera), lo que en otras palabras es acotar su uso, porque el daño que provocan al medio ambiente es algo que puede constatarse a diario.

Y como también el cartón y el papel terminan siendo poco ecológicos por la materia prima con los que se los elabora, de a poco tendremos que incorporar la bolsa de tela o la original, de arpillera plástica, porque no hay predio que dé abasto con tanto material contaminante.

Quizá esto termine favoreciendo también a los almacenes de barrio.

Quién sabe.

Por lo pronto, habrá que fomentar esta vuelta a una costumbre si no natural, por lo menos, menos agresiva para el medio en el que vivimos.