Sucede que quienes practican competiciones y deben entrenar, utilizan la ruta 136 para hacerlo.

Y esto no está mal, sólo que en lugar de ir uno detrás de otro, lo hacen en pelotón, es decir, en grupo.

Algunos dicen que prefieren esto porque  al transitar muy cerca unos de otros, la resistencia al viento disminuye,    con el consecuente ahorro de energía; otros dicen que pedaleando así pueden charlar y hacer más aliviado el esfuerzo; otros no saben ni contestan.

Sea por lo que fuere, lo cierto es que ya son varios los conductores que han expresado su malestar por esta situación que se plantea, ya que temen rebasarlos y ponerse (y ponerlos)   en riesgo por el tránsito vehicular de la mano contraria.

También se plantea por qué no se utiliza el velódromo que tenemos en el Parque Unzué, que fue construido para carreras en pista y bien puede servir para entrenar.

Desconociendo las razones por las que no  utilizan este lugar, cabe decir que   lo mejor para todos sería que los ciclistas respetasen, igual que lo vehículos, las normas de tránsito, y se ubiquen a la derecha de la calzada, uno detrás de otro.

Hablamos de una ruta internacional, con un importante tránsito, lo que no es una cuestión menor.