Redacción EL ARGENTINO
Esta semana se desarrolló una audiencia en la Cámara de Casación de Concordia donde se discutió la sentencia de primera instancia, dictada por el Tribunal de Juicios de Gualeguaychú, en los últimos días del año pasado. En esa ocasión, el juez Mauricio Derudi dispuso una pena de tres años de prisión efectiva luego que el jurado que actuó en el juicio modificó la figura penal imputada de homicidio simple con dolo eventual a homicidio preterintencional.
La acusación inicial era por homicidio simple, que acarrea una pena de 8 hasta 25 años de prisión, pero tras el juicio se llegó a otra conclusión. Conrado González tuvo responsabilidad penal en la muerte de Alexander Reverdito, pero bajo otra figura penal que tiene una pena mucho menor. Según se establece en el Código Penal, el homicidio preterintencional tiene pena de reclusión de 3 a 6 años y de prisión de 1 a 3, y en la audiencia de cesura, la fiscal Natalia Bartolo requirió la pena de prisión máxima, es decir tres años efectivos.
El homicidio preterintencional es un tipo de homicidio que se produce cuando una persona, con la intención de causar un daño menor, provoca la muerte de otra persona sin haber tenido la intención de matarla. Fue por ello que Derudi tomó los dichos de Bartolo y dictó la máxima bajo esta figura penal.
Pero luego, el abogado defensor de Conrado González, Matías Lonardi, recurrió la sentencia y en la audiencia realizada esta semana requirió que esa pena se cumpla de forma condicional. Ahora, se deberá aguardar por la resolución del tribunal de segunda instancia y esperar por que ese nuevo fallo adquiera firmeza.
Una golpiza mortal
Este caso da inicio la noche de Año Nuevo del 2023, cuando Alexander Reverdito salió con sus amigos al boliche en Larroque y a su regreso todo se complicó. Cuando regresaba en bicicleta, este joven de 20 años se cruzó en su camino a Conrado González que caminaba junto a su novia en sentido contrario por calle Islas Malvinas.
Casi sin mediar palabras, González lo golpeó de una trompada que lo hizo caer a Reverdito de su bicicleta, y una vez en el piso continuó golpeándolo. El joven no murió en el acto. Se levantó ayudado por unas testigos, se fue a su casa y se acostó, pero al poco tiempo comenzó a sentirse muy mal y en pocas horas terminó internado en la terapia intensiva del Hospital Centenario de Gualeguaychú.
Finalmente falleció el 2 de enero y según lo que confirmó la autopsia realizada en Concordia – en plena feria judicial- el motivo de la muerte se debió a un derrame cerebral producto de la golpiza.