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El golfista Angel Cabrera afirmó ayer que la obtención del Olimpia de Oro le significa "la coronación de un año fantástico" y "una felicidad enorme".
Cabrera, ganador este año del Abierto de los Estados Unidos, venció en la votación final al rugbier Juan Martín Hernández por 15 sufragios a 4.
"Con sólo pensar que en esa nómina estuvieron Roberto De Vicenzo, Diego Maradona, Guillermo Vilas y Carlos Monzón, uno puede estar más que satisfecho y enaltecido", apuntó.
Dijo que De Vicenzo es "un maestro de la vida y del deporte, además de un verdadero caballero".
"Que él haya compartido esta fiesta conmigo constituye una noche redonda", subrayó.
También hizo votos por desempeñar una buena campaña en 2008. "Que sea tan buena como en 2007. Quiero seguir mejorando, tengo mucho para darle al golf. Si bien mi carrera fue muy buena, no me quiero quedar solamente en eso", puntualizó.
Y amplió: "Quiero seguir superándome y mantenerme en la elite por muchos años. Este fue un muy buen año para el deporte argentino, a todo nivel. Hay muchos chicos con posibilidades que tienen muchas chances de seguir progresando".
Dedicó luego su consagración a su representante, a sus familiares y a su gran amigo Eduardo Romero.
"Sé que él comparte esta felicidad. Somos amigos de toda la vida", recordó.
Cabrera, segundo en el ranking del mundo, resaltó también las grandes condiciones del líder Tiger Woods, a quien definió como "excepcional, difícil de alcanzar".
"Pero habrá que estar atento, porque en algunas semanas del año se le puede escapar la tortuga", estimó.
También habló de sus colegas: "Somos varios los que estamos en diferentes tours y que veníamos amagando hace rato, pero este año se nos dio, por suerte. Ahora espero que vengan muchos títulos más", agregó.
Recordó además su triunfo consagratorio en el Abierto de los Estados Unidos y dijo que en los primeros días no se daba cuenta del valor que tenía y después, cuando tomó conciencia, lo asumió con la responsabilidad de saber que iba a tener que seguir
cumpliendo y que no podía quedarse en eso.
"En el golf, ser segundo es muy bueno porque hay un solo número uno, que va a ser muy difícil alcanzar", consideró.
También celebró el reconocimiento al gran año del golf, aunque su carrera en particular resultó espectacular.
El deportista de Villa Allende ganó, además del Abierto de los Estados Unidos, el de Singapur, el Grand Slam de Bermuda y el Torneo de Maestros, en el Olivos Golf Club.
Por su parte, el tucumano Andrés Romero ganó en Hamburgo, Alemania, el misionero Daniel Vancsik en Isla de Madeira, Portugal, y el bonaerense Ariel Cañete en Joburg, Sudáfrica.