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Muchas veces se denomina basura electrónica a computadoras algo viejas, solo por mencionar una de ellas, que aún pueden tener vida útil, sobre todo para personas de bajos recursos que no pueden acceder a este bien por resultar demasiado onerosos para sus ajustadas economías familiares.
Y en este sentido se explayó la directora del Programa E-Basura de la Universidad Nacional de La Plata, Viviana Ambrosi, quien explicó que entre un 10 y un 25 por ciento de las computadoras que reciben como donación "se pueden llegar a reparar y donar".
En general las computadoras se van renovando por modelos más modernas y con más funcionalidades y a las viejas se las tira a la basura o se las lleva a centros de acopio, pero muchas veces estas funcionan o bien pueden ser reparadas.
En otros casos, estos aparatos que ya no se usan quedan depositados en algún rincón del hogar y finalmente, tras haber pasado un buen tiempo son desechadas. Y en La Plata, la profesional antes mencionada contaba en una nota publicada en un medio digital, que allí existe un taller en el que trabajan ocho estudiantes de la Facultad de Informática en tareas de reacondicionamiento.
Y realmente es una iniciativa digan de imitar ya que persigue un doble objetivo, por un lado que los estudiantes realicen prácticas y por otro, que de varias computadoras se pueden armar algunas que sirvan y pueden ser donadas a asociaciones, escuelas o familias de bajos recursos que de otra manera no pueden acceder a este bien.