Redacción EL ARGENTINO
La reciente intervención directa del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, en los mercados argentinos provocó un desplome del dólar y un alza simultánea de acciones y bonos, generando un alivio transitorio para la administración de Javier Milei. Sin embargo, no todos los actores financieros interpretan este “efecto Bessent” como un cambio estructural.
Barclays, uno de los bancos de inversión más influyentes del mundo, difundió un informe a sus clientes en el que advierte que la aparente recuperación podría ser simplemente un “truco de campaña”. Según el documento, el swap anunciado por el Tesoro por 20.000 millones de dólares debe entenderse como un marco de manejo de liquidez y anclaje de expectativas, con reglas estrictas para su utilización, y no como una disponibilidad inmediata de fondos.
El banco británico subraya que si el apoyo estadounidense se diseñó solo como un gesto táctico para fortalecer la posición de Milei de cara a las elecciones, podría implicar un alto costo reputacional. Además, Barclays advierte sobre la tentación de postergar ajustes macroeconómicos, como la devaluación, lo que podría generar un alivio temporal pero acrecentar riesgos de corrección más violenta en el futuro.
Otro punto crítico es la sostenibilidad del respaldo externo. Si Milei no logra capitalizar políticamente el aval de Bessent y del Tesoro, ese apoyo podría desvanecerse rápidamente. Barclays también alerta sobre la reacción interna en Estados Unidos, donde crece la oposición a utilizar fondos públicos para rescatar a Argentina, lo que podría limitar las herramientas disponibles del Tesoro.
Desde el punto de vista inversor, el informe anticipa que algunos fondos podrían optar por dolarizar y esperar, presionando al gobierno a aplicar controles de flujo para contener la sangría de reservas. Barclays señala que la contención del dólar dentro de la banda hasta las elecciones es posible, pero su sostenibilidad dependerá de los flujos de capital y la liquidez doméstica.
Fundado hace más de tres siglos, Barclays mantiene estrechas relaciones con los principales fondos de inversión que siguen de cerca la política económica de Argentina. Su advertencia refleja una mirada cautelosa sobre un experimento liberal que aún no demuestra estabilidad estructural y cuyo impacto electoral y financiero será determinante en las próximas semanas.