Por Isidro Alazard
Hace una semana, mediante el Decreto 46/2025, el Gobierno Nacional autorizó el servicio de autodespacho de combustibles en todo el país. Los expendedores podrán ofrecerlo de manera optativa. Sin embargo, en varias provincias se encuentra prohibido. Con esta medida, se busca que el servicio pueda tener “un precio diferenciado más bajo, en claro beneficio del consumidor”.
El Decreto no tardó en generar controversia. Tal es así, que unos días después de su sanción, Juan José Bahillo, diputado de Unión por la Patria, presentó un proyecto de ley que propone que se prohíba en la Provincia de Entre Ríos cualquier modalidad de expendio de combustibles automotores por parte del consumidor, postulando que la carga debe ser realizada por personal debidamente capacitado y con condiciones de seguridad.
En este contexto, EL ARGENTINO se comunicó con Julio César Benedetti, secretario adjunto de la Provincia de Entre Ríos y miembro del Sindicato de Estaciones de Servicio, para conocer sobre la importancia del conocimiento a la hora de expender combustible y los riesgos de hacerlo sin las precauciones adecuadas.
“Se viene trabajando de hace más de 20 años en la seguridad y la atención de la estación de servicio. Que el consumidor cargue su propio combustible puede traer múltiples consecuencias”, nos compartió Julio, partiendo de las medidas de seguridad necesarias: “se está manejando material inflamable, explosivo. Imaginate que si alguien hoy viniera, se bajara del auto con un cigarrillo a la boca, o con un celular hablando, algo que hace más propenso a que se llegue a un estallido en una estación de servicio”.
-Actualmente, todo está realmente controlado. Entonces, ¿por qué tendríamos que correr ese riesgo en la misma ciudad? Un incendio en una estación de servicio no se ve hace años: las medidas de seguridad que hoy tiene una estación de servicio son muy fuertes, pero con esta ley estamos dejando librado a lo que sea. Hay muchos motivos por los cuales una persona puede provocar un incendio en una ciudad, habiendo alrededor casas y, por lo tanto hay vidas en juego.
-¿Los playeros están profesionalizados?
-Sí, claro. Todos tienen cursos: las empresas deben capacitar a los empleados para manipular un surtidor, y que sepan cuáles son las medidas de seguridad. Por eso son los indicados para cargar combustible, ya que la mayoría de las personas no tiene ni idea cómo se maneja un surtidor. Por eso entendemos que esto va a ser una bomba de tiempo.
-¿Qué hay que tener en cuenta para cargar nafta y demás combustibles?
-Lo primero es la seguridad. Una persona de un día para el otro no aprende a cargar combustible. Puede pasar que alguien que no sabe agarre un pico y cargue gasoil a un auto a nafta. Son muchas las medidas que tiene que tener una persona para hacer bien el trabajo que hace un playero.
También ellos ofrecen atención a la gente: hay muchas personas grandes. Hay que ser conscientes de que hoy no estamos preparados para que cualquier persona venga y agarre un surtidor y se ponga a cargar combustible al auto, porque son muchos los riesgos que se corren.
-Además, ¿se pierden puestos de trabajo?
- Es así. Hoy el cliente pasa a ser un empleado más de la estación de servicio, lo que también se traduce en una gran pérdida de trabajo (que hoy en la Argentina no sobra). Este es un rubro que está en perfectas condiciones hoy: con la atención al cliente, la seguridad, y con la fuente laboral significa, ¿por qué tendrían que modificar eso cuando no hay motivos? Eso es lo que uno no puede entender a consecuencia de esta ley, que fue creada sin pensar lo perjudicial que es para la fuente laboral. Pareciera que no le importa que la gente se quede sin trabajo. Cualquier conocedor del rubro te diría que no hay motivo alguno para que hoy las estaciones sean manipuladas por una persona que no tiene ni idea a la hora de cargar combustible.
Hoy están despidiendo gente en muchos lugares, y si a esto le sumamos un rubro que funciona perfectamente, creo que se agudiza el problema, en vez de darle soluciones a un país que está mal en las fuentes laborales. Este rubro anda bien y que no necesita este cambio hoy.
-¿Nuestra ciudad está preparada para esa cambio?
-Yo creo que no, que nuestra ciudad no está preparada. Tampoco hay ciudad en la Argentina que esté preparada. Todos los días pasa algo en las estaciones de servicio. Por ejemplo, hay mucha gente que se olvida que está cargando nafta y sale con los surtidores a la rastra. Hay gente que viene, no se baja del auto, sigue hablando por teléfono. Imagínate si estaremos preparados para cargar los combustibles, para levantar un capó (yo creo que hay gente que no sabe de dónde se abre un capó), para cargar aceite. Hay que preparar la Argentina para esto, lo que llevaría años, pero creo que hoy no se podría aplicar.