Gualeguaychú EL DEBATE SIGUE CAMINO EN EL SENADO

Alerta por el monotributo social en la ciudad y el miedo a quedar “fuera del sistema”

Aunque la Ley Bases parezca un tema lejano para muchos, en Gualeguaychú son mas de dos mil familias las que dependen del Monotributo Social, un régimen que busca ser -en el mejor de los casos- modificado. El peligro de su eliminación total o su modificación extrema, pesa sobre las familias más vulnerables.

Sábado, 1 de Junio de 2024, 21:44
Trabajadores de la tierra, costureras y artesanos forman parte del universo del monotributo social

Redacción EL ARGENTINO

Por Mónica Farabello

 

El debate pasó por Diputados y también por Senadores. A un paso de obtener el voto definitivo, los monotributistas sociales siguen luchando para no desaparecer del sistema.

Se trata de trabajadores precarizados que cuentan con esta figura para poder tributar y sobre todo, contar con una obra social. Este monotributo le ha dado respuesta a artesanos, cocineros, cooperativistas y muchos más. El Gobierno Nacional busca que las cuentas cierren bien y en el medio se terminan llevando puestos a los más vulnerables.

En la oficina de Desarrollo Humano de la Municipalidad de Gualeguaychú, funciona una oficina dependiente de Nación donde se realiza la tarea de acompañamiento en la inscripción, alta y continuidad del desarrollo de la persona como monotributista social.

De acuerdo a los datos recabados por EL ARGENTINO, actualmente, en nuestra ciudad hay 2010 personas dadas de alta como monotributistas sociales titulares, mientras que cuentan con 842 adherentes en Gualeguaychú. 

Además, existen cinco cooperativas con miembros afiliados al monotributo social, aunque no se tienen cifras exactas de los afiliados por cooperativa. En tanto, a nivel provincial, son 27.735 titulares y 17.526 adherentes. 

 

¿Por qué se afectaría a los más vulnerables?

Durante la reciente discusión sobre el proyecto de Medidas Fiscales, que siguió a la aprobación de la Ley Bases, se debatieron modificaciones al Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes, conocido como monotributo social. En una sesión maratónica en la Cámara de Diputados, el presidente de la Cámara, Martín Menem, aceptó un único cuarto intermedio de 15 minutos para abordar este asunto.

El proyecto original proponía aumentar los topes de cada categoría del monotributo en un 300% acorde con la inflación, pero también incluía la eliminación del monotributo social. Esto significaría que los titulares de este régimen, que actualmente pagan $3.200, pasarían a pagar $26.600 en la categoría más baja del monotributo general.

Entonces, las opciones fueron: eliminar la figura, o aumentarle tanto el precio que obligaría a los trabajadores a darse de baja y volver a la clandestinidad.

Esta medida fue resistida por diputados de Unión por la Patria, el Frente de Izquierda, la UCR y Hacemos Coalición Federal (HCF). Estos diputados lograron una redacción alternativa que postergó la eliminación del monotributo social hasta 90 días después de la promulgación de la ley.

 

Noelia Villafañe, defendiendo a capa y espada

Ella es una contadora que forma parte de M.A.R.A (Monotributistas Asociados de la República Argentina. En diálogo con EL ARGENTINO, Noelia repasó toda la lucha que libraron tanto en Diputados como en Senadores, donde logró exponer los motivos que explican por qué la eliminación del monotributo social es empujar a la gente a la clandestinidad.

“Hay muchos hombres y mujeres que están por debajo de la línea de indigencia y que gracias a este monotributo cuentan con una obra social. Eliminarlos es darles un tiro de gracia. El senador Víctor Zimmerman nos respondió: “que vayan al Hospital público” y lo que nosotros decimos es que justamente le va a terminar saliendo más caro al Estado”, dijo Villafañe

“Nuestra preocupación principal radica en garantizar la continuidad de la obra social para los más vulnerables, como niños con capacidades diferentes, pacientes oncológicos y diabéticos. La creación de una nueva figura fiscal (que reemplace al monotributo social) es una posibilidad que nos abre las puertas del Senado para seguir trabajando, pero la obra social es fundamental para esta gente”, indicó.

Noelia Villafañe resaltó todo el trabajo realizado y aseguró que muchos legisladores están desconectados de la realidad que vive la gente: “Están en una burbuja donde viajan poco a sus provincias, se suben a un avión, se bajan en el Senado y van al supermercado sabiendo que cobran 7 millones de pesos. Realmente es muy difícil que entiendan que pasar de pagar 3200 pesos a 26600 es una locura que le termina metiendo la mano en el bolsillo a los que menos tienen”.

Ya no hay más instancias de discusión y de defensa. En diez días los Senadores tratarán el tema sobre tablas, y conoceremos cuál es el destino de miles de trabajadores precarizados.