Redacción EL ARGENTINO
El mural hacía presentes a personas detenidas-desaparecidas oriundas de nuestra ciudad y fue realizado por la artista plástica Marta Pardo.
El mural del Salón de la Memoria fue realizado por la artista Marta Pardo en 2016 para cubrir una de las paredes de un espacio dentro del edificio de la municipalidad de Gualeguaychú. Se trata de un salón donde los intendentes realizan reuniones con diferentes sectores de la comunidad local.
La obra representa a las personas desaparecidas de la ciudad, que en ese momento eran 21 víctimas. Más tarde, gracias a una investigación llevada a cabo desde el Museo de la Memoria Popular de Gualeguaychú, se reconocieron 16 más.
Cada una de ellas está presente en el mural con una foto, por lo que para su realización se contó con el aporte de los familiares, lo que refleja una dimensión colectiva de la obra.
La artista, a partir de las fotos, diseñó el espacio del gran mural, donde hay brazos que contienen cada foto, y, al mismo tiempo, portan los nombre de cada desaparecido o desaparecida. El resultado es una potentísima imagen que contribuye a la construcción de la memoria local.
Para la producción del mural en una pared de gran tamaño y altura, Marta Pardo realizó un arduo trabajo que implicó el uso de andamios y asistencia para pintar y colocar las fotos. El mural fue creado específicamente para ese salón y cobra sentido en ese espacio. Así, la ubicación de la obra en la municipalidad, no es un detalle menor. Se trata de una sala ubicada en una institución pública, es decir que pertenece a toda la comunidad, y que le daba visibilidad a una parte central de la historia de la ciudad a los diversos sectores sociales, políticos y económicos que pasaban por allí.
¿Para qué sirve una obra como esta? Se sabe que las personas desaparecidas jamás tuvieron la posibilidad de ser veladas y sepultadas por sus seres queridos, por ello, los familiares han sufrido esta imposibilidad tan necesaria para realizar el duelo. Producciones artísticas y culturales en general, como este mural, permiten crear espacios donde sentir su presencia y recordarlos, no sólo de manera individual sino colectiva, como un reconocimiento institucional fundamental para la construcción de la historia e identidad local. A pesar de la relevancia de esta obra, hace pocas semanas, el gobierno municipal decidió eliminar el mural, repintando toda la pared y sin dejar rastros de la obra.
La reconocida socióloga e investigadora argentina Elizabeth Jelin nos ayuda a pensar la importancia de estos procesos a través de lo que llama “vehículos de memoria”. Así, dice que los vehículos de la memoria, como libros, museos, monumentos o películas, nos permiten materializar de forma colectiva los sentidos del pasado y, de esta manera, producir memoria.
La palabra de la artista y el atropello a su obra
“Es sabido que la dictadura militar del 76 llevó a cabo un plan sistemático de eliminación de personas que consistió en detenerlas ilegalmente y desaparecerlas. Pero es muy importante tener presente que esas personas continúan desaparecidas y nosotros seguimos reclamando que nos entreguen sus restos para poder darles sepultura y hacer el duelo. Ya van a ser casi 50 años desde el inicio del terrorismo de estado, ya pasaron 40 años de democracia y el sufrimiento por la ausencia de nuestros seres queridos no ha pasado, es un vacío que aún duele. No tener un lugar a donde poder ir a llorarlos es una situación inhumana y de profunda injusticia que hemos intentado atravesar haciendo memoria y construyendo lugares y espacios comunes donde poder recordarlos.”
“Los dictadores pensaron que con el miedo y el terror que implantaron nos íbamos a quedar quietos y olvidar. No sé bien qué pretende el gobierno de Mauricio Davico con esta decisión, pero borrar el mural de la memoria es un acto de gobierno muy cruel. Es como profanar la memoria de la ciudad”.
“Imaginate si un día, por motivos desconocidos, la municipalidad borra las huellas que hay en los espacios públicos de la lucha contra las papeleras y por el cuidado del ambiente o se le ocurre sacar todas las estrellas amarillas que señalan los lugares donde murieron personas en accidentes de tránsito. Para las personas cercanas a cada una de esas situaciones sería terrible, pero el tema va más allá, nos interpela a todos y a todas como parte de una sociedad, como parte de una ciudad.”
“El gobierno puede borrar murales, cerrar museos y mancillar la memoria, sin embargo, el pueblo de Gualeguaychú seguirá encontrando formas creativas y solidarias para decir lo que le pasa, lo que quiere y expresar su identidad, su historia.”
La pregunta que nos queda es qué presente y qué futuro estamos convocados a construir desde el gobierno local si se decide suprimir discrecionalmente parte de lo que hace que Gualeguaychú sea lo que es.
La artista
Marta Pardo es docente de arte, artista plástica y visual, egresada del Bachillerato de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata y tiene un vínculo muy estrecho con nuestra ciudad, donde vive gran parte del año. Fue docente y militante en instituciones secundarias y terciarias en Concepción del Uruguay. Su historia estuvo también marcada por las desapariciones, tanto de su entorno en la ciudad de La Plata como en Gualeguaychú.
Cuenta con una amplia trayectoria artística en dibujo, cerámica, grabado, instalaciones y objetos, ha participado en diversos salones a lo largo del país y ha obtenido numerosos reconocimientos. Tiene obras en el Museo de Arte y Memoria de La Plata, en casa de Madres de Plaza de Mayo Gualeguaychú y en varios lugares del país, especialmente en la provincia de Entre Ríos.
Es parte del proyecto colectivo “30mil pañuelos por la memoria” que produce placas sin firma autoral con los emblemáticos pañuelos de las Madres de Plaza de Mayo. Entre las decenas de placas que ha realizado, cuenta con obras colocadas en viviendas, instituciones públicas, como en Banco Central de la República Argentina, sindicatos, entre otros espacios. A partir de un pedido realizado por la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER) de Concepción del Uruguay, las placas con los pañuelos realizadas por la artista se han emplazado en todas y cada una de las ciudades de la provincia de Entre Ríos. Además, sus placas se han instalado en otros países, como Italia, Austria, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Uruguay.